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Ir de restaurantes sin moverse de casa

Hartos de la escasa oferta culinaria a domicilio, Diego Ballesteros y Evaristo Babé fundaron Sindelantal para facilitar la comunicación entre restaurantes con ganas de abrir nuevos canales de venta y amantes del calor hogareño

PILAR BLÁZQUEZ

No hay ni un triste chino donde pedir comida para llevar', comenta Gema Castellanos nada más aterrizar en su casa de alquiler. Es la impresión que se ha llevado tras un primer paseo por su nuevo barrio. Una amiga le hace cambiar de opinión. ¿Has entrado en Sindelantal.com? Tras introducir el código postal, en esta web descubre que no sólo hay chinos, sino 75 restaurantes de todos los estilos disponibles para enviarle comida a casa y cuyo pedido se puede realizar online y pagar desde la web. 'Ni siquiera hace falta tener dinero suelto en casa', se sorprende.

Como en el caso de Gema, este marketing boca-oreja es el que ha permitido a la plataforma de comida a domicilio Sindelantal.com pasar, en poco más de un año, de ser una idea de dos emprendedores a convertirse en una empresa con presencia en 30 ciudades españolas; implantarse en México y estar a punto de empezar a operar en otros dos países latinoamericanos.

Ballesteros y Babé crearon la empresa hace un año y ya opera en México

La idea de crear una plataforma de internet donde unificar la oferta de comida a domicilio surgió, delante de unas cervezas, entre Diego Ballesteros y Evaristo Babé una tarde después de salir de la compañía en la que ambos trabajaban. 'Evaristo se quejó de lo que le había costado encontrar un mexicano que llevara comida a su casa. Y empezamos a darle vueltas a la idea de facilitar esa búsqueda', recuerda Ballesteros. Él no partía de cero. Este emprendedor empedernido (lleva montando empresas de internet desde antes del estallido de la burbuja puntocom en el 2000), ya había intentado algo parecido en el 2000 con comer.comer.com, 'pero ni la gente entonces estaba tan acostumbrada a pedir a domicilio, ni los restaurantes a ofrecer ese servicio. No era el momento'.

Después de analizar el mercado internacional se dieron cuenta de que ahora sí era el momento adecuado para lanzar el proyecto en España, donde ni siquiera habían entrado las compañías internacionales, que sí funcionaban en el resto de mundo. ¿Quién dijo crisis? En la primavera de 2010 se lanzaron a buscar financiación entre sus muchos contactos del mundillo de internet y a explicar su idea a posibles restaurantes interesados. En enero de 2011, tenían en marcha el proyecto. Eso sí, no pasaban de los cien pedidos al mes. Una segunda ronda de financiación les dio el empujón definitivo y un año después sirven ya 10.000 pedidos.

'Los restaurantes están encantados. Sobre todo los que tienen personal extranjero y no entienden bien lo que se les pide por teléfono. Nuestro sistema les evita muchos errores en las comandas', explica Ballesteros. Sindelantal pone a cada restaurante un terminal, tipo TPV (de los que se utilizan para pagar con tarjeta), por el que reciben impreso el pedido que el usuario hace en la web. Ellos sólo tienen que dar a aceptar, preparar la comida y entregarla en el domicilio. Si por algún motivo no pueden, lo explican razonadamente y los responsables de esta web son quienes se encargan de gestionar el problema con el usuario final.

Los clientes no tienen un recargo adicional por usar sus servicios

Sindelantal sólo cobra al restaurante comisión si el pedido se realiza correctamente, mientras que se compromete con el usuario a que los precios sean 'exactamente los mismos que ofrece el restaurante en su carta'. 'No hay ni un recargo, a veces hasta hemos hecho descuentos, asumidos por nosotros, para darnos a conocer', explica Ballesteros. ¿Su reto? 'Que cuando se piense en comida a domicilio, sólo se piense en la completa oferta que nosotros ofrecemos', comentan sus fundadores.

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