Este artículo se publicó hace 15 años.
¿Dónde están los restos de Lorca?
Por Raquel Castillo
Casi dos meses de excavaciones, décadas de investigación y multitud de obstáculos judiciales. A punto de terminarse los trabajos en la que históricamente ha sido apuntada como la fosa en la que estaría enterrado el poeta Federico García Lorca, nada está claro.
Aunque el mal tiempo que ha reinado en la localidad granadina de Alfacar ha ralentizado las tareas, los expertos esperan que para finales de diciembre se pueda ofrecer un informe detallado de las conclusiones de las tareas de exhumación, para las cuales se habilitó una carpa de 10x20 metros con el fin de mantener la privacidad.
Desde su comienzo, nada ha trascendido sobre el hallazgo o no de los restos de Lorca, del profesor Dióscoro Galindo ni de los banderilleros anarquistas Francisco Galadí y Juan Arcollas, fusilados todos en agosto de 1936, poco después del inicio de la Guerra Civil española.
Sin embargo, comienzan a plantearse interrogantes sobre si esta fue la verdadera tumba del poeta de la Generación del 27.
"Vamos a esperar a ver qué dicen los científicos para que cesen las especulaciones", dijeron a Reuters fuentes de la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía, que señalaron que el informe podría darse a conocer el 29 o el 30 de diciembre.
El estudio practicado en septiembre por el Instituto de Geofísica de la Universidad de Granada mediante un sofisticado sistema de georadar reveló la existencia de seis zonas de interés para la excavación, a una profundidad de entre 0,60 y 1,80 metros. De estas, sólo quedan dos por investigar, confirmaron las fuentes.
Para el hispanista Ian Gibson, autor de numerosos trabajos sobre Lorca y que ha invertido 45 años en la búsqueda de la fosa, la confirmación del hallazgo de los restos del poeta sería una recompensa al esfuerzo de toda una vida.
"Me siento enfermo. Pienso en esto todo el día. Temo por mi salud mental. Son 45 años de mi vida", declaró Gibson en una entrevista publicada el miércoles en el diario El País.
Pese a las dudas y teorías que difieren en la ubicación de la fosa, Gibson insiste en su credibilidad.
"Sigo pensando que Lorca está ahí, muy cerca de donde lo están buscando", agregó. "Para mí sería un alivio inmenso que lo encontraran en el lugar que señalé, pero también me sentiré muy decepcionado si no lo siguen buscando. Lo que quiero es saber la verdad, si está o no está y terminar con esto".
entre ellos Gibson - que junto a más indagaciones y testimonios directos le sirvieron después a la Asociación de la Memoria Histórica para hacer su petición y sacar adelante los trabajos de exhumación.
La Junta de Andalucía siempre ha declarado que el objetivo de los trabajos de exhumación no era encontrar los restos de Lorca, sino recuperar la memoria histórica y dignificar a los asesinados durante y después de la Guerra Civil, que las estimaciones sitúan entre centenares y miles de fusilados.
La sobrina del famoso autor, Laura García Lorca, ha sostenido en repetidas ocasiones que la familia estaba en contra de la apertura de la fosa, puesto que creían que no contribuiría a cerrar heridas.
TEORÍAS
La reciente publicación de un libro titulado "Lorca, el último paseo", de Miguel Pozo, ha planteado más interrogantes sobre la veracidad de la ubicación de la supuesta tumba del poeta e insinúa que el hombre que señaló a Gibson el lugar en el que estaría enterrado el autor granadino, conocido como "Manolo el Comunista", podría haberle mentido.
"No tenía por qué, no ganaba nada. No era mi amigo, ni me pidió dinero, y para él, llevarme allí cuando lo hizo, era muy arriesgado", dijo el hispanista.
Acerca de las teorías que sostienen que la familia de Lorca habría retirado el cuerpo de la fosa poco después de su muerte, o de la posibilidad de que fueran las propias tropas franquistas quienes lo hicieran para evitar la mala publicidad, Gibson también las encuentra poco probables.
"Si hubieran movido los cuatro cadáveres, tendrían que haber dejado alguna huella", sostuvo.
De suspenderse definitivamente los trabajos y en el caso de que la Junta de Andalucía decida no continuar con la búsqueda, podría llegar a cumplirse la profecía que el poeta escribía en la "Fábula y rueda de los tres amigos", perteneciente a "Poeta en Nueva York" (1929-1930).
"Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias, abrieron los toneles y los armarios, destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro. Ya no me encontraron. ¿No me encontraron? No. No me encontraron".
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