Este artículo se publicó hace 15 años.
"Retrospectiva", de Enrique Meneses, resumen de una vida junto a la noticia
Con la imagen de la inesperada entrada de Picasso a la habitación del hotel de Nimes en la que se vestía Luis Miguel Dominguín, comienza "Retrospectiva", exposición que muestra una selección de trabajos realizados por Enrique Meneses a lo largo de su amplia trayectoria.
Conocido y reconocido por las imágenes captadas durante los meses que convivió con los rebeldes Fidel Castro y Che Guevara en Sierra Maestra, Meneses valora más esa imagen de Picasso que la de Hitchcok captada durante la rueda de prensa de presentación de la película "Los pájaros".
"No puede tener el mismo valor una imagen de una rueda de prensa que la lograda cuando estás haciendo un reportaje y de repente se abre la puerta y entra Picasso acompañado de un perro dálmata. Más suerte no puedes tener", ha comentado el fotógrafo, periodista y escritor durante una entrevista con Efe.
Fotografías de la familia real griega, la visita de Haile Salassie a Nasser, retratos de Luter King, J.F. Kennedy, Paul Newman, Marlon Brando, Dalí, Mohamed Alí, Andrés Segovia, Joan Báez o Anna Huntington llenan las paredes de la sala de exposiciones de la Escuela de Fotografía EFTI, en la que tienen especial importancia las imágenes de la marcha en Washington contra el apartheid y las de los revolucionarios en Sierra Maestra.
Amante del blanco y negro, "algunas de las imágenes son algo oscuras, como la de Picasso, pero es que nunca usó flash. Si hay poca luz, doy más tiempo de exposición, como ocurre en la fotografía en que Castro está leyendo a la luz de una vela, aunque mucha gente dice que es una bombilla, algo imposible", ha recordado Meneses, quien nunca pensó que las imágenes que tomó durante su estancia con los revolucionarios se convirtieran en legendarias.
"Yo creía que era una revolución que iba a durar lo que dura una revolución en un país suramericano. Castro me ha ayudado a que las imágenes continúen vendiéndose cincuenta años después. Es como si tuviese una pensión vitalicia", ha bromeado Meneses, corresponsal en Oriente Medio e India, director de "A toda plana" de RTVE, miembro del equipo de "Los Reporteros", director de ABC de Las Américas, director de la edición española de Playboy, de "Los Aventureros" en Radio Nacional y colaborador en Life y París Match, entre otras.
Satisfecho con el resultado de la exposición, ha reconocido que "mucho se ha quedado en el tintero, pero es difícil resumir sesenta años de trabajo". Un trabajo que comenzó con su primer reportaje: la muerte de Manolete en 1947.
"Cuando escuché la noticia de la cogida, pensé que iba a ser un bombazo. Pedí dinero a mis amigos y cogí un taxi que me cobró por llevarme a Linares, dormir una noche y volver, 450 pesetas. Por el reportaje me pagaron 125 pesetas, y varios amigos se quedaron sin su dinero".
Orgulloso de todos sus obras, cree que el suyo es un oficio que se aprende "con gente que sabe más que tu", como a él le ocurrió en Oriente Medio, donde estuvo con René Burri, Sharokh Hatami, Karl Breyer o Angelo Novi.
Próximo a cumplir ochenta años, continúa trabajando con el mismo entusiasmo y aunque en la actualidad no es testigo de guerras "desde el salón de mi casa escribo en mi blog y emito televisión y radio. En broma mis amigos me llaman "prisita". Soy muy multimedia".
Si algo enfada a Enrique Meneses es la pasividad de algunos jóvenes, acostumbrados a que se les dé todo hecho. "El mundo es la universidad, pero hay jóvenes que están copiando los patrones de comportamiento de sus abuelos. Hay que romper esquemas absurdos".
Con motivo de la exposición, su comisario, Diego Caballo, ha escrito que Meneses "aprendió a desconfiar del fotómetro porque la arena del desierto multiplicaba la luminosidad; aprendió a dejarse quitar el rollo de película entregándole a la policía uno virgen mientras les hacía creer que era el ya impresionado; aprendió a hacer envíos con su material combinando medios de transporte y salvando la censura".
Las fotos que se exponen en "Retrospectiva", al igual que sus crónicas, "informan, impactan y muchas veces emocionan. Son fruto de la escuela del riesgo, del aprendizaje continuo de la calle y de la cruda realidad", según el comisario.
Enrique Meneses se reconoce como el abuelo de una generación "en la que hay gente muy buena" que también pertenece a lo que Manu Legineche bautizó como "la tribu", en la que sus componentes "nunca nos decimos adiós, sino hasta luego".
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