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Reúnen los versos erótico-jocosos del "Cancionero" de López Barbadillo

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El "Cancionero de amor y de risa" editado por Joaquín López Barbadillo en 1917 para destinarlo a una colección a la que sólo se accedía por suscripción ha sido reunido en una nueva edición de los profesores de la Complutense Julia Labrador y Alberto Sánchez para la sevillana editorial Espuela de Plata.

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El "Cancionero" recoge poesías erótico-jocosas de cinco siglos, desde el XV hasta los primeros años del XX y, en esta edición ha sido completada la selección original con dos poemas escritos a principios del XX, "La creación", de Manuel del Palacio, y "Nomenclatura y apología del carajo", del uruguayo Francisco Acuña de Figueroa.

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Acuña de Figueroa es el único no español que figura en el "Cancionero" y su poema es, además de una apología del viril miembro, un repaso de la multitud de nombres con los que la lengua castellana lo designa, basten de muestra un trío de cuartetos de este larga composición de 31 estrofas:

El príapo, la porra y el chorizo;

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El rábano, la pija y el badajo;

picha y ciruela en español castizo

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son todos sinónimos del carajo

(...)

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Muchos suelen llamarle el trompo, el sapo;

otros, el motilón y el calabrote;

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los músicos, la flauta, o el fagote

y el artillero espeque, o sacatrapo.

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(...)

En estilo vulgar, llámanle el rabo

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y algunos el peludo... ¡Impropio nombre!

¡Pues por más pendejudo que sea un hombre

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no tiene tales pelos en el nabo!

Los editores han señalado que recuperar este cancionero casi un siglo después de su composición y edición para suscriptores "ha sido una tarea tan ingente como regocijante", pues en algunos casos ha sido precisa la reconstrucción de algunos poemas, y en otros se han debido aclarar las autorías, ya que la atribución era errónea.

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Alberto Sánchez ha dicho a EFE que estos poemas compilados hace un siglo por López Barbadillo han tenido que ser contrastados con gran cantidad de manuscritos de la Biblioteca Nacional para aclarar las autorías, ya que, admitió, "al ser vergonzantes", la autoría no queda clara a veces, como algunos atribuidos a Quevedo o Góngora, que no eran de tales autores.

Sobre una de las piezas más hilarantes, el diálogo en verso entre el Duque de Rivas y Antonio Alcalá Galiano, Alberto Sánchez se inclina por que es auténtico y atribuible a estos autores que, entre otras cosas, dicen:

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(...)

--Alcalá Galiano--:

Don Ángel, si yo tuviera

una lujuria extremada,

tal que hasta verla saciada

ni pensara ni durmiera,

y en mi necedad creyera

que era usted la niña mía,

y con loca valentía

miembro en ristre a usted tomara

y en el culo se lo entrara,

¿fuera acaso sodomía?

--Duque de Rivas--:

Sí, don Antonio, no dudo

que fuera gran sodomía;

aunque yo lo evitaría,

que soy por demás forzudo;

pero si en lance tan rudo

fuera mía la maldad

de tan loca ceguedad

y yo quien a usted cubriera,

ya sodomía no fuera,

que fuera bestialidad.

El profesor Alberto Sánchez ha asegurado que aunque los temas sean a veces "algo chuscos y medio porno" eso no los hace "inferiores desde el punto de vista estrictamente literario" porque "la mayoría de estos poemas son muy buenos".

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