Este artículo se publicó hace 15 años.
Las reuniones de familias coreanas separadas finalizan entre gestos de dolor
Unos 850 ancianos, cuya vida quedó marcada por la Guerra de Corea, han podido reunirse con parientes a los que no habían visto en más de cinco décadas, gracias a las reuniones de familias separadas que concluyeron hoy en Corea del Norte.
Entre lágrimas y gestos de dolor, los últimos coreanos que tuvieron la suerte de poder ver a sus familiares del otro lado de la frontera se despidieron para probablemente no verse jamás, debido a la vejez de los participantes y la dificultad de que puedan repetir.
Esta ronda de contactos, en las que participaron 326 norcoreanos y 525 surcoreanos, comenzó el sábado en el monte norcoreano de Kumgang y concluyó hoy, en la vísperas de la celebración del Chuseok, el día de Acción de Gracias coreano.
Esta ha sido la primera vez desde la suspensión de los encuentros en octubre de 2007.
La celebración de las reuniones de familias separadas es un termómetro de las relaciones bilaterales de las dos Coreas, entre las que aún se mantiene casi inalterable la última línea de demarcación heredada de la Guerra Fría, que no permite el intercambio de llamadas, cartas o correos electrónicos.
Los participantes norcoreanos fueron hoy los primeros en partir del complejo turístico, mientras sus parientes surcoreanos lamentaban la brevedad de un encuentro que ha tenido que esperar más de medio siglo, después de que la península quedase dividida tras la guerra de Corea (1950-53).
La surcoreana Jang Jeong-yo, de 83 años, volvió a separarse de su marido como ocurrió hace 59 años y, mientras veía alejarse su autobús, le preguntaba cómo podía contactar con él, informó la agencia surcoreana Yonhap.
Jang, que contrajo matrimonio cuando tenía 23 años, nunca volvió a casarse, mientras que su marido formó una nueva familia en el Norte, aunque no pierde la esperanza de volverla a ver si algún día el país consigue la reunificación.
Estos encuentros comenzaron a celebrarse con regularidad en octubre de 2000, poco después de la histórica cumbre entre el presidente surcoreano Kim Dae-jung y el líder norcoreano, Kim Jong-il, en Pyongyang.
Desde aquel año, más de 16.200 coreanos han mantenido encuentros cara a cara con sus seres queridos, mientras que 3.740 pudieron verse a través de vídeo-conferencias.
A pesar de ello sólo uno de cada 800 solicitantes han podido contactar con sus familiares y un tercio de los ancianos ha fallecido en el tiempo de espera.
A pesar de que, tras la toma de posesión del conversador Lee Myung-bak como presidente de Corea del Sur, las relaciones entre Seúl y Pyongyang llegaron a su peor nivel casi una década, estas reuniones han podido reanudarse finalmente.
Las autoridades surcoreanas han expresado su intención de que esos encuentros se celebren con cierta regularidad y hoy volvieron a reiterar que "el tema nuclear norcoreano no está conectado a la reanudación de las visitas al monte Kumgang", informó el viceministro de Unificación.
El complejo norcoreano de Kumgang ha sido un símbolo de la cooperación entre las dos Coreas y una fuente de ingresos para Pyongyang, pero los viajes turísticos a este lugar fueron suspendidos en julio de 2008 después de que un soldado norcoreano matara de un disparo a una turista surcoreana.
La separación de Corea desde 1953 se ha mantenido casi inalterable hasta hoy debido al aislamiento del régimen de Pyongyang, que ha establecido un férreo sistema totalitario y desarrolla tecnología bélica nuclear y de misiles para poner freno, según afirma, a la amenaza invasora de Estados Unidos y sus aliados.
Pyongyang volvió a reiterar ayer que no abandonará sus intenciones nucleares ni aceptará los incentivos que propuso la pasada semana el presidente surcoreano Lee si desmantelaba los puntos claves de su programa atómico.
Corea del Norte realizó el 25 de mayo una prueba nuclear subterránea que le valió una resolución de condena del Consejo de Seguridad y nuevas sanciones, también de carácter financiero, que parecen que no afectarán a su cooperación comercial con Seúl.
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