Este artículo se publicó hace 16 años.
El Rey recuerda con la cantante de fados Mísia su estancia en Portugal
Los Reyes han felicitado a Susana María Alfonso de Aguiar, conocida como Mísia, que ha interpretado hoy uno de los fados más conocidos, "Que fazes ai Lisboa", en la entrega de los Premios Internacionales de Periodismo Rey de España y que ha hecho que Don Juan Carlos pudiera recordar los años que vivió en Portugal.
El jefe del Estado ha presidido esta mañana, acompañado por la Reina, en los jardines de Cecilio Rodríguez del parque del Retiro de Madrid, los galardones que entrega anualmente la Agencia EFE y que cumplen su XXV aniversario en esta edición.
Una vez terminada la actuación, los Reyes han estado con Mísia, de madre catalana, y Don Juan Carlos, en perfecto portugués, le ha felicitado y le ha hablado del tiempo que estuvo en el país luso.
Mísia ha entonado también un poema de José Saramago y el fado "Das Lunas" que, como ella misma ha dicho, refleja el corazón partido entre dos amores, que en su caso se reparte entre España y Portugal.
La música es uno de los principales detonantes para revivir recuerdos y la del fado es, además, sinónimo de nostalgia. Recuerdos y nostalgia de unas décadas, la de los 40 y los 50, que el Rey pasó en Estoril, a unos 30 kilómetros de Lisboa, a donde llegó en 1946 cuando tenía ocho años.
Dos años más tarde se trasladaría a España para cursar sus estudios, pero en vacaciones volvía a la que era su casa con sus padres y sus hermanos, en la avenida de Londres, muy cerca del colegio Amor de Deus al que había asistido. Era "Villa Giralda".
Don Juan Carlos nació en Roma y vivió en Suiza, pero fue la nación lusa la que quedó en su alma para siempre porque como él mismo ha dicho "España es mi patria; Portugal mi país".
El Rey se afincaría definitivamente en España, pero sus padres, los Condes de Barcelona, mantendrían su residencia en Villa Giralda hasta 1982, año en que cambiarían su domicilio a Madrid.
Fueron muchos años y vivencias de los que quedaron sobre todo amigos, los Espirito Santo, los de Melo, los Arnoso o los Santini, entre otros, a los que el Rey suele ver en las muchas ocasiones en las que viaja a Portugal
La canción habla de la capital portuguesa y del mar, dos realidades en la vida de Don Juan Carlos en aquellos años y que influyeron en su forma de ser y, también en sus aficiones, como la vela, deporte en el que aprendería a desenvolverse en la bahía de Cascais.
Fueron duros años de exilio de la Familia Real española, pero también de recuerdos inolvidables, que hoy han vuelto a la memoria de Don Juan Carlos con las canciones de una intérprete de fados de madre catalana, que se inició en el mundo del espectáculo en el Teatro El Molino de Barcelona.
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