Este artículo se publicó hace 13 años.
Los ricos discuten si piden una subida de sus impuestos
Varias grandes fortunas y altos ejecutivos mantienen un fuerte debate interno sobre si envían una propuesta al Gobierno, imitando a millonarios franceses. Una parte quiere debatirlo en el lobby' empresarial el martes
"Dejad de mimar a los súper ricos". Así tituló el millonario estadounidense Warren Buffet, el tercer hombre más rico del mundo, un artículo en The New York Times para pedir a Barack Obama que aumentara los impuestos a los adinerados y no a los pobres para salir de la crisis. Un ejemplo de hombre listo que sabe embellecer su imagen pública. Fue hace medio mes y, raudos, salieron imitadores entre los millonarios franceses y alemanes. Mientras, los ricos españoles siguen dudando. Ahora, están discutiendo sobre si piden al Gobierno que les suba los impuestos que pagan, como una forma de aportar un granito de arena en la grave situación actual.
Varias grandes fortunas y algunos altos ejecutivos españoles llevan semanas con el debate interno, que hasta ahora no había salido a la luz. El silencio oficial ha predominado en esta cuestión. Pero este debate se ha tensado al máximo en los últimos días por las distintas posiciones políticas que han ido marcando el PP y el PSOE. Una gran parte de los empresarios con gran patrimonio vería bien pedir al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero un alza de los impuestos que gravan su renta. Pero algunos de los ricos no creen que sea el momento adecuado, poco antes de las elecciones y cuando los dos grandes partidos ya están en abierta precampaña electoral.
Varias fortunas familiares están a favor de un tributo para ricos
Las llamadas telefónicas con intercambio de opiniones sobre el asunto se han cruzado a lo largo del último mes. Pero ninguno de los ricos del país quiere dar un paso al frente y aparecer ni de lejos como impulsor o promotor individual de la iniciativa. Así lo ha constatado Público, que ha requerido su punto de vista a una quincena de millonarios y altos ejecutivos que, oficialmente, ninguno ha querido dar.
El choque entre dos bandos es patente. Una parte quiere que se materialice la propuesta al Gobierno de una forma más institucional para que ningún rico aparezca como protagonista. Y el instrumento elegido es el Consejo Empresarial para la Competitividad, un lobby que crearon en febrero pasado 17 grandes empresas y que se fraguó tras la reu-nión que Zapatero mantuvo en la Moncloa con los principales empresarios del país. Este Consejo mezcla a grandes ricos y altos ejecutivos. Fuentes empresariales señalan que el lobby pivota sobre el presidente del Banco Santander, Emilio Botín; el presidente de Telefónica, César Alierta, y las fortunas familiares incluidas en el Instituto de Empresa Familiar, en el que figuran el dueño de Mango, Isak Andic (que lo preside); la familia Entrecanales, propietaria de la constructora Acciona; José Manuel Lara, dueño de Planeta, o el propietario de Mercadona, Juan Roig. Pero también está en el Consejo Francisco González, presidente del BBVA, uno de los más firmes defensores de que se anticiparan las elecciones. Este Consejo Empresarial ha intentado presionar todo lo que ha podido al Gobierno en las reformas económicas que este ha ido aprobado, desde la laboral a la de las pensiones. Luego, los empresarios han seguido diciendo que, pese a todo, las reformas, cuyo coste recae en el ciudadano de a pie, son insuficientes.
Este poderoso grupo de presión se reúne el próximo martes, pasado mañana, por primera vez a la vuelta del verano. Y una parte de sus integrantes quiere plantear en la reunión la petición al Gobierno de elevar los impuestos a los altos patrimonios. No hay un orden del día prefijado y la tónica es tratar las cuestiones importantes sobre la crisis. Tampoco suele haber votación: se decide por consenso. "Gran parte del Consejo está a favor de pedir el alza de tributos", señalan fuentes del Consejo Empresarial para la Competitividad.
Algunos de ellos reconocen que, en realidad, es "una propuesta estética"
Entre los que apoyan el impuesto están varias grandes fortunas familiares y algunos altos ejecutivos. Opinan que "hay que demostrar la responsabilidad con el país" en un momento en el que la situación económica está en cuidados intensivos por las dudas sobre la deuda de las comunidades autónomas y el sistema financiero, dos elementos que usan los especuladores para presionar en el mercado de deuda, lo que provoca que al Estado le cueste cada vez más financiarse.
Daño a rentas mediasAunque, tampoco hay que engañarse, un alza de impuestos no les supondría arañarse demasiado los bolsillos. Dos grandes empresarios del Consejo reconocen que el alza de impuestos es una "propuesta estética" y hasta "demagógica" porque, "al final, si, por ejemplo, hay una subida en el IRPF, probablemente iría para todos y perjudicaría más a las rentas medias".
No se atreven a pronunciarse por la marejada política sobre la cuestión
Realmente, el dinero que se recaudaría con una subida de impuestos, si se hiciera a través del IRPF, sería muy poco significativo en el conjunto del presupuesto del Estado y en la ayuda para reducir el déficit. De hecho, el Gobierno ya aprobó en septiembre del año pasado elevar el gravamen para las rentas altas. Introdujo dos nuevos tramos en el IRPF, para ingresos de más de 120.000 euros y más de 175.000 euros, a los que elevó uno y dos puntos el porcentaje de impuestos que pagan, respectivamente. Así, dependiendo de las comunidades autónomas donde estén radicados estos grandes patrimonios, estos pasaban a pagar entre el 44% y el 49% de sus ingresos, cuando hasta entonces el tipo máximo era el 43%. Este cambio, según los cálculos iniciales, iba a suponer una aportación de unos 200 millones. Por comparar, sólo el déficit de la Administración central suma 24.132 millones, al cierre del primer semestre, pese a haberse reducido un 19%.
Pero, entonces, ¿por qué los ricos no se atreven a pedir una medida cosmética que, además, les perjudica muy poco? Porque el dinero siempre es cobarde con el poder político, del que dependen muchas decisiones que afectan directamente a sus negocios. Los empresarios no se atreven a tomar partido porque, aseguran fuentes de los consultados, no ven posiciones claras en el PP y en el PSOE. Es más, critican sotto voce que no haya posturas unitarias dentro de las dos grandes formaciones políticas.
A juicio del mundo empresarial, el Gobierno ha traspasado la cuestión al candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, al anunciar que irá en su programa. El portavoz del Gobierno, José Blanco, ya ha dicho que "no hay tiempo" para crear un nuevo impuesto para ricos. El viernes insistió en ello y añadió que sería "un brindis al sol". Otra cosa sería reactivar el Impuesto de Patrimonio, una posibilidad que el Ejecutivo "todavía no ha debatido", dijo.
Por otro lado, muchos empresarios, siempre más cercanos al PP, temen meter la pata al tomar posiciones cuando la secretaria general de los conservadores, María Dolores de Cospedal, ha rechazado un impuesto para ricos porque "crearía más paro" Aunque, en realidad, ella se refería a recuperar Patrimonio, algo de lo que las fortunas familiares no quieren oír hablar.
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