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Ridao avisa al Gobierno de que ERC no se convertirá en el "felpudo" del PSOE

EFE

El portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao, ve "razonable" el nuevo modelo de financiación aunque no llega "al cien por cien" de sus aspiraciones, y por eso advierte de que a pesar de que hay "una senda de mayor entendimiento, eso no quiere decir que ERC se vaya a convertir en el felpudo del PSOE".

"Aquí no culmina nada, no hemos llegado a la cumbre", asegura Ridao en una entrevista con EFE, en la que, no obstante, afirma que el nuevo modelo es "mucho mejor que el anterior" y "razonable, teniendo en cuenta las circunstancias actuales".

Cierto es que los 3.800 millones de los fondos adicionales responden a las peticiones de ERC, sostiene su portavoz, pero su grupo no va a repetir la actitud de "aliado estable y permanente del PSOE" que mantuvo en buena parte de la pasada legislatura, sobre todo porque José Luis Rodríguez Zapatero "ha engañado a casi todo el mundo y la fiabilidad del Gobierno está bajo mínimos".

El presidente del Gobierno, según Ridao, no ha sido "ni dócil ni procatalán" al negociar la nueva financiación; más bien lo que le ha llevado a atender las reivindicaciones de Cataluña es su "falta de estabilidad política" en el Congreso, apunta.

Porque si al principio de esta legislatura los socialistas "tenían cautivos" los votos del PNV y del BNG en el Congreso, la derrota en Galicia y el pacto de Gobierno con el PP en el País Vasco han cambiado el panorama en Madrid, y por eso no le ha quedado otra alternativa que volverse "hacia el catalanismo".

Bajo su punto de vista, "hubiera sido impresentable" que Zapatero llegase en enero a la Presidencia de la UE con problemas domésticos.

Otro factor decisivo, según el portavoz independentista, ha sido el cambio de ministro de Economía.

Se ha superado la propuesta de agosto de 2008, descrita por Ridao como un "papel infumable" con un modelo "críptico, un auténtico ornitorrinco que no había por donde coger" presentado por Pedro Solbes.

La marcha del vicepresidente económico al frente, según él "un cajero incómodo que además estaba obsesionado con la ortodoxia", ha facilitado el acuerdo.

Respecto a las diferencias internas en ERC para dar el "sí" o el "no" definitivo al nuevo modelo, admite que las ha habido, pero han pesado las ganas de cerrar una carpeta que "estaba hegemonizando la agenda política catalana de forma asfixiante".

"Lo más fácil hubiera sido decir 'no' en cualquier caso, que es lo que ha hecho CiU, o 'sí' a cualquier precio, que es lo que ha hecho alguna otra fuerza política", afirma, en alusión al PSC.

Desde luego, lo que tenía claro ERC es que no podría repetir la imagen que ofreció cuando se acordó el Estatut, con una gestión "pésima" de la última fase de negociación con cambios de criterio y con las bases del partido forzando la posición de la dirección.

Un precedente que ha servido para no cometer los mismos errores: ahora ha habido un único interlocutor en nombre de Cataluña, Antonio Castells, y el Ejecutivo de Zapatero no ha podido recurrir a la estrategia del "divide y vencerás" que aplicó con el Estatut al negociar a varias bandas con los distintos partidos catalanes.

El portavoz de ERC cree que es "una falsedad" que el nuevo modelo sea insolidario, y subraya que Cataluña "va a continuar siendo de largo la comunidad más solidaria del Estado, sin ningún tipo de dudas".

Y es que la "catalanofobia", a su juicio, no es más que "un clásico" de la política española, "un recurso" de la derecha para "llenar el capazo de votos" en el resto de España.

Intuye Ridao que el PNV ya no está tan "enrabietado" con el PSOE tras perder la Lehendakaritza, pero no por eso teme que ERC reduzca su peso en el Congreso.

"Me interesa llegar a acuerdos puntuales con el PSOE siempre que el interés general y el interés estratégico en temas catalanes puedan prosperar, pero no tengo ningún interés en aparecer como su socio preferente", agrega.

Finalmente, Ridao remarca que si el Gobierno quiere contar con ERC no puede jugar "por el centro" en temas económicos y "por las bandas" en asuntos como la reforma del aborto, y recuerda al Ejecutivo que el Estado aún tiene margen de maniobra para endeudarse más.

Hay que corregir, eso sí, las políticas "erráticas" que no han reportado ningún tipo de beneficio, como los 6.000 millones que ha costado la deducción de 400 euros a cada cotizante o los casi 1.600 en concepto del "cheque bebé".

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