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Robert de Niro, gran atracción en la clausura del Festival de Tribeca de Doha

EFE

La leyenda de Hollywood Robert de Niro clausuró hoy la primera edición del Festival de Tribeca de Cine de Doha, que durante cuatro días ha revolucionado la capital qatarí y aspira a convertirse en la nueva meca del cine en Oriente Medio.

El también llamado Doha Tribeca Film Festival (DTFF) terminó como empezó: con fuegos artificiales y unos fastos multitudinarios en el monumental Museo de Arte Islámico (MIA, en sus siglas inglesas), erigido en una isla artificial de la bahía de la capital qatarí.

La diferencia estribó en la presencia de De Niro, quien viajó expresamente a Qatar, tras abrir un hueco en el rodaje de la secuela de "Meet the parents" (filme conocido en español como "Los padres de ella"), para poner la guinda a la "gran finale" del certamen.

El protagonista de clásicos como "Taxi driver"(1976 ) o "Los intocables" (1987), es, de hecho, uno de los fundadores del Festival de Tribeca de Nueva York, que ha promovido la creación de su "hermano" qatarí con el respaldo del Gobierno del país árabe.

En el interior del MIA, diseñado por el arquitecto Ieoh Ming Pei (el "padre" de la Pirámide del Museo del Louvre) y convertido en el nuevo icono de la ciudad tras su apertura hace casi una año, se celebró la gala con De Niro como centro de todas las miradas.

"Hace casi un año, anunciamos el lanzamiento de este festival. Éste ha sido un viaje inolvidable y muy gratificante, ya que hemos creado una sociedad innovadora para un acontecimiento digno de esta ciudad maravillosa y dinámica", dijo la estrella.

Dado que el ciclo nace sin vocación competitiva, sino como catalizador de nuevos talentos y motor de divulgación cinematográfica, se concedieron dos premios, votados por el público, a la mejor película internacional y la mejor película árabe.

Los galardones, dotados con 50.000 dólares y entregados -cómo no- por Robert de Niro, recayeron en el documental británico "Qatar Team" (mejor filme internacional), de la directora radicada en Londres Liz Mermin, y la película palestina "Pomegranates and Myrrh" (mejor filme árabe), de la realizadora Najwa Najjar.

La cinta de Mermin versa sobe unos graduados de la Universidad de Oxford que entrenan a estudiantes qataríes para una competición escolar, mientras la de Najjar se centra en un triángulo amoroso entre una bailarina, el hombre de su vida y su esposo recién casado.

La presencia de Robert De Niro supuso un espaldarazo al festival que ya dieron en días pasados otros "pesos pesados" de Hollywood, como los directores Martin Scorsese y Mira Nair, y el actor Ben Kingsley.

Tras la velada, miles de personas se congregaron en los jardines del museo, donde se ha construido un teatro portátil con una pantalla gigante (24 metros de largo por 10 de ancho), en la que vieron la película "Cairo Time", dirigida por Rudda Nadda, protagonizada por Patricia Clarkson y con participación de la española Elena Anaya (ausente en el ciclo).

La multitud, similar a la que se concentró en la inauguración del DTFF en el mismo emplazamiento para disfrutar de "Amelia", película en la que Nair recrea la vida de la pionera de la aviación Amelia Earhart, volvió la demostrar la sed de cine que tienen los qataríes.

El certamen, como declaró a EFE el escritor y cineasta paquistaní Tariq Alí, ha brindado a "la gente que vive en Qatar, especialmente a los jóvenes, la oportunidad de ver películas que, de otra manera, no verían".

Otra prueba que parece confirmar esa impresión es que "se han vendido todas las entradas", según comentó a EFE una portavoz del ciclo, quien no precisó el número de billetes a la venta.

Un total de 33 filmes, una docena de ellos árabes, se han proyectado en las cuatro jornadas del festival, en el que la voz de España sólo ha salido de la boca de Elena Anaya en "Cairo Time".

Latinoamérica, por su parte, ha destacado en tres cintas: la anglo-brasileña "Only when I dance" ("Sólo cuando bailo"), de Beadie Finzi; la mexicano-estadounidense "Sin Nombre", de Cary Joji Fukunaga; y la conocida "Al sur de la frontera", de Oliver Stone.

Tras el brillante debut del DTFF, todo apunta a que el festival de este pequeño emirato tiene por delante el gran reto de consolidarse y capear la posible competencia de otros certámenes surgidos en los últimos años en dos sus vecinos, Dubai y Abu Dhabi

En ese sentido, viene muy a cuento la advertencia del director palestino Elia Suleiman: "Lo que importa es qué va a ocurrir después del festival y si, en diez años, seguiremos hablando todavía de él".

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