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Rogge descarta cualquier boicot a los JJOO y se resiste a eliminar futuros relevos

EFE

El presidente del COI, el belga Jacques Rogge, ha descartado hoy cualquier posibilidad de boicot a los Juegos de Pekín, ha vuelto a lamentar "los ataques" a la Llama Olímpica y ha expresado su resistencia a eliminar en futuras ediciones de los Juegos el relevo internacional de la Antorcha.

"No estamos ciegos ni somos ingenuos. La Antorcha ha sido instrumentalizada y algunas de las protestas han sido violentas. Pero el relevo tuvo un éxito abrumador en los Juegos de Atenas. Consideraremos qué hay que hacer en el futuro, pero quiero insistir en que la Antorcha es un tremendo símbolo y ha sido atacado", dijo durante una conferencia de prensa al término de una reunión de la Comisión Ejecutiva del COI en Atenas.

Rogge rememoró las lágrimas de Pelé cuando recibió en Maracaná la Llama de los Juegos de Atenas: "Nunca lo podré olvidar. Un hombre que lo ha sido todo, quizá el mejor futbolista de la historia... recibió la Antorcha y se puso a llorar. Este es el poder de la Llama".

Minutos antes de que Rogge compareciera ante la prensa un grupo de diez mujeres se manifestó en la puerta de su hotel con pancartas y gritos contra el paso del relevo por el Tíbet y a favor del acceso libre de la prensa a esta región.

Preguntado al respecto, el presidente del COI dijo que "China quiere que la Llama pase por todas sus regiones y provincias y el Tíbet es parte de China" y recordó que el propio Dalai Lama ha pedido que no se interrumpa el paso del fuego por esa zona.

Habida cuenta de la progresiva calma que ha rodeado al relevo tras las primeros incidentes en Europa y de las conversaciones que mantienen los seguidores del Dalai Lama y las autoridades chinas, Rogge concluyó que "la amenaza del boicot ha desaparecido".

El dirigente olímpico señaló que antes de los Juegos el COI se solidarizará mediante distintos gestos con el pueblo chino por la tragedia del terremoto de Sichuan y descartó cualquier efecto negativo de esta fatalidad en la organización de los Juegos, incluyendo el riesgo de epidemias.

Rogge hizo un paralelismo entre las desgracias del 11-S en Estados Unidos y el terremoto de China.

"Si entonces los Juegos de Salt Lake City supusieron la apertura del país al mundo, tras las restricciones de seguridad, vuelos, etc. que se habían impuesto, ahora los Juegos de Pekín van a suponer la vuelta de China a la alegría", indicó.

Respecto a la seguridad en Pekín, Rogge indicó que han pedido al gobierno chino "un equilibrio" para que las medidas de control no vayan en contra de la operatividad.

Durante los Juegos, el COI creará una unidad para evitar las apuestas ilegales y sus posibles repercusiones en los resultados deportivos. Delegados de la Interpol trabajarán conjuntamente con las propias casas de apuestas, que ya han llegado a un acuerdo con el COI, y en su caso con las federaciones afectadas; ante cualquier sospecha, explicó Rogge, abrirán una investigación e informarán a la Ejecutiva del COI para que tome medidas.

"Las casas de apuestas son las primeras interesadas en que todo sea limpio", dijo.

Rogge no pudo avanzar aún si los Juegos de Pekín contarán con una delegación iraquí, aunque se mostró "optimista" ante la próxima reunión que mantendrán con el gobierno de Bagdad. El COI acaba de suspender al comité olímpico de Iraq tras la 'ocupación' gubernamental de todos su cargos y funciones.

También está a la espera de "nuevas aclaraciones" para saber si antes de los Juegos de Pekín se habrá cerrado el caso Marion Jones, con el consiguiente reparto de las medallas que la atleta estadounidense ganó en los Juegos de Sydney y que tuvo que devolver tras su confesión de dopaje.

Esas aclaraciones "deberían llegar en un futuro cercano", dijo.

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