Este artículo se publicó hace 13 años.
Rumasa, repetición de la jugada
Vuelven los problemas de liquidez que afectaron hace 27 años a Rumasa y condujeron a su expropiación en febrero de 1983
Siempre hay un momento en el que la memoria sobre los escándalos económicos comienza a desfallecer.
En septiembre de 1991, en su introducción a la edición española de su libro Breve historia de la euforia financiera, John K. Galbraith, economista de origen canadiense, apunta: "En este último cuarto de siglo y especialmente en la última década, la larga, variada y a menudo desastrosa historia económica de España ha culminado en una era de notables éxitos. España ha gozado de un alto y sostenido crecimiento económico y su tenor de vida ha progresado admirablemente. En otro tiempo fuente de voluntariosa y barata mano de obra barata para el resto de Europa Occidental, hoy España demanda idéntico suministro de trabajadores de la vecina África. Esto, no cabe duda, brinda el escenario y el decorado apropiados para el optimismo, que podría convertirse en la euforia descrita en estas páginas. De cualquier manera, el peligro existe. España es un país donde tengo grandes y buenos amigos, y cuyas riquezas culturales y paisajísticas he llegado a amar. Así, pues, me sentiría feliz si creyera que logro hacer alguna contribución, por humilde que sea, para prevenir los excesos económicos que conducen al inevitable día del desencanto y del gran desastre. Esta es la modesta esperanza, o tal vez debería decir ligeramente inmodesta, que he depositado en este libro".
Su conglomerado de 1983 incluía 18 entidades financieras
En su cuarto año de crisis tras el "escenario y decorado apropiados para la euforia", parafraseando al economista fallecido en 2006, España acaba de desayunarse con "el desencanto y el gran desastre" de las dificultades de Nueva Rumasa, el grupo de empresas de la familia de José María Ruiz-Mateos que salvo por su caja única y su práctica de trasvase de activos, funciona en compartimentos estancos, con su propiedad última domiciliada en numerosos paraísos fiscales.
¿Estamos ante un perfil que podría evocar, por ejemplo, al ya famoso financiero norteamericano entre rejas Bernie Madoff, responsable de un fraude de 50.000 millones de dólares. (36.500 millones de euros)?
La etapa preconcursal en la que acaba de entrar Nueva Rumasa evoca, con la gran distancia de magnitudes, las dificultades de liquidez por las que atravesó Rumasa a finales de 1981 y durante todo el año 1982, cuando, para diluir la situación del gigante conglomerado, Ruiz-Mateos intentaba la fusión con uno de los "siete grandes" del sistema. El fracaso de esa operación precipitó la crisis.
Se emitió deuda para cubrir el coste de la nacionalización
Pero entonces Rumasa no podía suspender pagos, porque su corazón era un grupo de 18 bancos. Y si el corazón estallaba, no sólo se llevaba por delante el conglomerado sino que afectaba la estabilidad del sistema financiero como tal. Hubo que fabricar otra alternativa.
Y fue la nacionalización de pérdidas (unos 600.000 millones de pesetas o 3.200 millones de dólares de 1985) que supuso la expropiación de Rumasa. Hay que anotar que su cobertura con una emisión de deuda a cuenta los presupuestos generales del Estado es, vista retrospectivamente, uno de los pioneros mecanismos de salvamento utilizados, veinticinco años más tarde, en 2008, para conjurar el peligro de una nueva Gran Depresión en Estados Unidos y en los principales países europeos que podía provocar el hundimiento del sistema bancario. Estamos en febrero de 2009.
El grupo actual funciona en compartimentos estancos
Los sindicatos representativos de las empresas de alimentación de Nueva Rumasa, tras leer los comunicados de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) advirtiendo implícitamente al público sobre el riesgo de las emisiones de pagarés al 8% y 10% a un año (y al 12% a dos años en algunos casos) oyen que las empresas han comenzado a acumular deuda con la Seguridad Social. Se reúnen discretamente con altos cargos del Ministerio de Trabajo. Pero he aquí que Nueva Rumasa no presenta datos consolidados de ningún tipo. Los sindicatos facilitan una lista de empresas. Y el análisis individual de la situación de cada una permite saber que se mantiene al día el ingreso de las cuotas de los trabajadores pero, en cambio, se advierte un parón en la de las cuotas empresariales. Con todo, Trabajo mantiene la confidencialidad de los datos concretos.
El frenazo al ingreso de las cuotas empresariales de algunas empresas comienza a generalizarse a las demás en marzo y abril de 2010. Los gestores sugieren a los sindicatos que hagan gestiones para que el Ministerio de Trabajo les trate con cariño. Que no les ahogue, vaya.
Nueva Rumasa se embarca en una carrera para hacerse de liquidez a través de lo que en los años setenta y ochenta se conocía en la jerga bancaria como "extratipos"; esto es, tipos de interés muy por encima del mercado para captar inversores. Es lo que hacían los 18 bancos del grupo Rumasa; pero no eran las únicas ventanillas. Aunque quizá pocos lo recuerden, Ruiz-Mateos también llevaba en la cabecera del holding Rumasa S.A una contabilidad con depósitos de alta remuneración.
En febrero de 2009 se detectan los primeros impagos a la Seguridad Social
A falta de bancos y de holding, serán las empresas las que emitirán pagarés y participaciones accionariales. Más de cien millones de euros se han captado a través de estos "productos". La organización de consumidores FACUA ha recordado que precisamente esas emisiones se han podido realizar sin autorización previa del Ministerio de Economía y Hacienda por la nueva legislación vigente desde el real-decreto ley 5 del 11 marzo de 2005. Pero este cambio no creo ningún vacío legal como tal. El Gobierno lo hizo en aplicación de una directiva comunitaria según la cual en adelante las emisiones de bonos por valor unitario nominal superior a 50.000 euros no requerían folleto ni, por tanto, registro alguno, quitando pues tanto al Ministerio de Economía como a la CNMV la potestad de denegar la autorización de las mismas.
Las empresas, pues, estaban, para decirlo en román paladino, ofreciendo duros a cuatro pesetas; es decir, tipos de interés del 10% y 12%, contra un tipo oficial del 1% del Banco Central Europeo (BCE), del 0,25% de la Reserva Federal o del 0,50% del Banco de Inglaterra, y cuando la remuneración de los depósitos de los bancos españoles llegaba, y sólo en casos contados, al 4,5%. Era algo parecido a las rentabilidades que Bernie Madoff ofreció en cierto momento a sus clientes. Aunque cabe recordar que el financiero norteamericano ya había bajado, en los últimos años, su remuneración.
Con todo, fuentes del sector financiero no dan crédito a la existencia de 5.000 inversores que la familia Ruiz-Mateos afirma haber atraído. "El número de personas que individualmente o agrupadas pueden invertir 50.000 euros en un papelito no debe ser muy grande. En cambio, es posible que esos pagarés hayan atraído mucho dinero negro", señala un experto del sector.
El grupo ha captado más de 100 millones ofreciendo duros a cuatro pesetas
No sería, por otra parte, una novedad. Ya en los años previos a la expropiación de Rumasa, el holding de la abeja atraía, precisamente a través de la ya citada libreta en el holding Rumasa S.A, dinero opaco.
Las empresas sin proveedores¿Y qué pasa con las empresas? ¿Qué pasa con sus ventas en el mercado? Los sindicatos tenían noticias desde hace meses de que la producción sufría una parálisis por falta de algunas materias primas necesarias. "Cuando acababas de fabricar el yogur de fresa, resulta que no tenías los envases para fresa sino para plátano", explicó una fuente de Clesa que prefiere mantener su nombre en el anonimato.
Los expertos dudan que 5.000 inversores hayan adquirido sus pagarés
Pero estos problemas con los proveedores y con los bancos que comenzaron a cortar la financiación ya eran la expresión de la crisis empresarial.
Los producto de alimentación, es cierto, se dirigen al consumo popular. Pero el sector de la alimentación, como ya lo demostrara la caída del gigante italiano Parmalat, es un sector de empresas líderes, donde las pérdidas y no la rentabilidad es la norma.
Con todo, lo que una vez más ha atraído a los Ruiz-Mateos son las instalaciones (edificios, propiedades) y la capacidad para generar caja de esas empresas. Y esas instalaciones y esa caja, que no beneficios, han sido utilizadas para conseguir vencer la resistencia de los bancos y para actividades ajenas al cometido propiamente dicho de las compañías.
La escuela de Ruiz-Mateos convierte las empresas en burbujas
Es el caso de la conocida empresa Carcesa, procesadora de tomate frito y concentrado. Reúne a través de una emisión de pagarés 70 millones de euros con el objetivo declarado de adquirir otras compañías pero en realidad, a excepción de Queserías Menorquinas, usa el dinero para reducir deuda con los bancos y realizar préstamos a otras empresas de Nueva Rumasa, una práctica idéntica a la que Rumasa acostumbraba hacer en los años setenta y ochenta del siglo pasado. Actividades dirigidas a ampliar el grupo a través de inversiones en otros sectores. Una carrera loca por crecer. Donde lo importante es seguir sobre la bicicleta. Pedaleando.
En su Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, de 1936, escrita durante la Gran Depresión, el economista británico John Maynard Keynes señala: "Los especuladores pueden no hacer daño cuando son burbujas en una corriente firme de una corriente firme de espíritu de empresa; pero la situación es seria cuando la empresa se convierte en burbuja dentro de una vorágine de especulación".
La escuela de Ruiz-Mateos convierte las empresas en burbujas dentro de una vorágine de especulación. Durante las etapas de euforia, con tipos de interés bajos y crédito abundante, este tipo de empresarios parecen potentes y la marea alta disimula su situación. Pero ha dicho el financiero norteamericano Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo: "Cuando baja la marea, uno aprecia quién estaba nadando desnudo".
Y esto vale también para aquellos que han estado junto a los que nadaban desnudos. Banco Santander y Banesto financiaban operaciones de circulante a empresas de Nueva Rumasa y su riesgo supera los cien millones de euros sobre la deuda bancaria total de 700 millones. Un rumor asegura que Nueva Rumasa tuvo un problema con facturas por valores importantes en una operación de factoring con Banesto y que ello habría llevado a congelar las relaciones. Quizá se llegue a saber.
Pero es seguro que el viejo Emilio Botín-Sanz de Sautuola y López, padre del actual presidente de Banco Santander, Emilio Botín, no se creería que su grupo, aún con todas las contragarantías que Ruiz-Mateos pudo haber ofrecido al banco que presidía Ana Botín, antes de su marcha a Londres, iba a tener riesgos con Ruiz-Mateos.
Porque fue el viejo Emilio el único banquero de los entones llamados "siete grandes" quien envió a Miguel Boyer un tarjetón besamanos en el que le felicitaba por la expropiación de Rumasa del 23 de febrero de 1983, va a hacer esta próxima semana 28 años.
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