Este artículo se publicó hace 16 años.
3-2. Rusia más cerca de su tercera final consecutiva
Rusia está más cerca de alcanzar su tercera final consecutiva en Copa Davis tras deshacerse hoy de la República Checa (3-2), que puso en muchos apuros al equipo local con un juego muy agresivo en una superficie que no le favorecía, la tierra batida.
El capitán ruso, Shamil Tarpíschev, sumó así una muesca más a su ya legendaria colección de victorias en esta competición, en la que logró además dos títulos (2002 y 2006), sin contar los que ha logrado con las chicas en Copa Federación.
No obstante, si Rusia quiere levantar la ensaladera de plata no lo tendrá fácil, ya que en las semifinales se enfrentará contra Argentina en su feudo, o a Suecia, una consumada especialista en esta competición, en tierras escandinavas.
Rusia se había presentado en la jornada final con una ventaja de 2-1 tras la victoria el sábado del doble formado por Nikolay Davydenko e Ígor Andréev en cuatro sets.
Como ocurriera en la primera eliminatoria contra Serbia -entonces el campeón del Abierto de Australia, Novak Djókovic, abandonó ante Davydenko cuando dominaba por dos sets a uno-, a los rusos les volvió a sonreir la suerte.
El número uno checo, Tomas Berdycch, se retiró en el quinto set de su partido frente a Davydenko cuando dominaba el marcador por 3-6, 6-2, 7-6, 3-6 y 2-1.
Al igual que en el primer partido de la eliminatoria frente a Safin, el inconstante Berdych no pudo poner la puntilla a un partido en el que Davydenko pareció acusar el esfuerzo acumulado en el torneo de Miami.
Cuando las cosas se estaban poniendo más difíciles para el ruso, Berdych se torció el tobillo derecho y tuvo que abandonar, ante la decepción de la nutrida representación checa en las gradas del Small Sport Arena del Luzhnikí.
Aunque la tierra es una superficie más favorable para el ruso, éste tuvo muchas dificultades para frenar las acometidas del checo, que martilleó con su derecha el revés de Davydenko durante casi todo el partido.
Mientras, Davydenko capeaba el temporal como podía desde el fondo de la pista, hasta que un golpe de fortuna le puso en bandeja de plata la victoria.
El ruso reconoció que la suerte estuvo de su parte y deseó una pronta recuperación a su oponente, quien confesó desconocer el alcance de la lesión, aunque reconoció que era muy "dolorosa".
Como era de esperar, el capitán ruso había decidido sustituir a última hora a Ígor Andréev por Davydenko, que no había podido disputar los individuales del viernes por cansancio.
El último partido de estos cuartos de final entre el ruso Marat Safin, que se convirtió en el salvador de su equipo al remontar el viernes dos sets abajo ante Berdych, y el checo Lukas Dlouhy fue un mero trámite.
El checo salvó la honra de su equipo al derrotar a Safin por un doble 6-3. Otro gallo hubiera cantado si la pareja rusa no hubiera derrotado el sábado a los checos Radek Stepankek y Pavel Vizner por 3-6, 6-3, 7-5 y 6-4.
Stepanek demostró contra Andréev el viernes que se encuentra en un magnífico estado de forma al derrotar al tenista ruso en su terreno en tres sets.
En caso de haber disputado el quinto y decisivo partido contra Safin, nadie podría haber garantizado al cien por cien una victoria rusa.
En todo caso, el equipo ruso mantuvo su extraordinaria racha de dieciséis victorias consecutivas en casa, donde no pierde desde que cayó ante el equipo de Estados Unidos comandado por Pete Sampras en diciembre de 1995.
Otra buena noticia para Rusia es la enésima resurrección de Safin, ex número uno del mundo y actualmente en el puesto 87 de la ATP, que renació de sus cenizas para dar el primer punto a su equipo.
Tarpíschev acertó una vez más al rescatar del ostracismo a Safin, que la temporada pasada había dejado tirado a su equipo en las semifinales y la final para escalar montañas en el Himalaya.
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