Este artículo se publicó hace 17 años.
Rusia intenta salvar la CEI a través de la integración económica
Rusia propuso hoy la integración económica como mecanismo de salvación para la postsoviética Comunidad de Estados Independientes (CEI), que celebró en Bishkek su primera cumbre desde la salida de Georgia.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, abogó por coordinar las políticas financieras de los once países miembros a imagen y semejanza de la Unión Europea (UE) para que sus economías sigan siendo "competitivas" y también para "minimizar" el impacto de la crisis.
La CEI, cuya vigencia también ha sido puesta en entredicho por Ucrania, aceptó de buen grado la iniciativa rusa y creó un grupo de trabajo para analizar la magnitud de la crisis y sus efectos en la comunidad postsoviética.
"La crisis financiera ha afectado a todos y al que no ha afectado todavía lo hará en el futuro", aseguró Kurmanbek Bakíev, presidente de Kirguizistán, sede de la cumbre.
La primera sesión del grupo tendrá lugar dentro de diez días en Moscú, agregó.
No obstante, las repúblicas ex soviéticas no aprobaron la estrategia de desarrollo económico para la región hasta 2020, también propuesta por Rusia.
La CEI decidió aplazar una decisión al respecto hasta el 14 de noviembre, cuando se celebrará una reunión de jefes de Gobierno en Chisinau, capital moldava.
Rusia, cuya política exterior ha suscitado recientemente inquietud en todo el mundo, incluido la CEI, es consciente de que la dependencia económica y energética de sus vecinos es la mejor garantía de su lealtad.
En los terrenos de seguridad y defensa, Rusia ya cuenta con otras estructuras de cooperación regional como la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva y la Organización de Cooperación de Shanghai, que incluye a China.
Al igual que su predecesor en el cargo, Vladímir Putin, el líder ruso considera a la CEI una "zona de especial influencia" para Rusia, en la que no son bienvenidas las intentonas de EEUU de promover la democracia y las de la OTAN de instalar bases militares.
No obstante, aunque casi todos los vecinos han respaldado las acciones militares rusas en Georgia, ninguno de ellos ha reconocido la independencia de las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.
La de Bishkek ha sido la primera reunión de la CEI desde la salida de Georgia tras la guerra con Rusia por el control de la región separatista de Osetia del Sur.
Georgia, que ingresó en la CEI en 1994, anunció su salida de la organización el pasado 12 de agosto, tras la firma del acuerdo de alto el fuego y retirada de tropas patrocinado por la Unión Europea para poner fin a las hostilidades.
Aunque la guerra con Rusia fue el detonante de esa decisión, el presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, ya había sugerido en muchas ocasiones desde su llegada al poder en 2003 la posibilidad de que Tiflis abandonara la organización, al considerarla anacrónica.
Saakashvili se propone convertir la alianza GUAM, que incluye también a Ucrania, Azerbaiyán y Moldavia, en alternativa para la CEI, al promover los valores euroatlánticos.
La GUAM fue creada en 1997 con vistas a la incorporación de sus países miembros en la UE y la OTAN, y en 2006 se transformó en la llamada Organización por la Democracia y el Desarrollo Económico.
No obstante, la organización, vista en Moscú como un frente antirruso, no ha llegado a cuajar y, de hecho, Uzbekistán abandonó su seno en 2006 y Moldavia ha insinuado que podría hacer lo mismo.
En un gesto más para la galería que otra cosa, el secretario general de la CEI, Serguéi Lébedev, aseguró hoy que para Georgia "las puertas estarán siempre abiertas".
Pese a sus evidentes achaques de anacronismo, Rusia considera que la CEI aún mantiene su vigencia como organización regional.
"Cualquier rumor sobre la desaparición de la CEI no tiene sentido. Estamos hablando de perfeccionar la CEI y nadie pone en duda la viabilidad de sus actividades", dijo.
En la misma línea, el asesor del Kremlin, Serguéi Prijodko, aseguró que la CEI "mantiene su potencial como mecanismo de contactos bilaterales y multilaterales", según la agencia Interfax.
Entre otros acuerdos, la CEI decidió hoy que la próxima cumbre de jefes de Estado tenga lugar en Chisinau el 9 de octubre de 2009.
Además de Saakashvili, las grandes ausencias en Bishkek fueron el presidente ucraniano, Víctor Yúschenko, enfrascado en una crisis política en su país, y el líder azerbaiyano, Ilham Alíev, cuyo país celebra elecciones presidenciales el próximo miércoles.
Los países de la CEI, organización definida en su momento por Putin como el mecanismo de divorcio civilizado entre las repúblicas de la URSS, acogen más de una cuarta parte de los recursos energéticos y minerales mundiales, y cerca de 300 millones de habitantes.
Ignacio Ortega
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.