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El Sabadell se quedará con la CAM con unas ayudas de 6.500 millones

El Fondo de Garantía de Depósitos asumirá las pérdidas de esta operación y no habrá coste público alguno

VIRGINIA ZAFRA

Fue el único que se animó a pujar por la CAM y al final ganó la subasta. Banco Sabadell será desde mediados de diciembre el nuevo dueño de la caja alicantina (ahora reconvertida en banco) y se convertirá en el quinto mayor grupo financiero español, por delante del Popular. De partida, su única inversión será un euro, aunque después tendrá que sufragar los numerosos costes de reestructuración de la entidad, especialmente costoso en el caso del cierre de oficinas y reducción de personal, y también parte de las pérdidas crediticias de la entidad.

Pero los problemas del banco alicantino son tales que nadie lo quería ni regalado. El Banco de España (a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, FROB) ha tenido que ofrecer garantías millonarias que permitieran al Sabadell convencerse de que esta operación no acabará hundiéndole. El FROB inyectará en Banco CAM 5.249 millones de euros (incluidos los 2.800 millones que le había prometido pero que no llegó a desembolsar) y a continuación lo venderá al Sabadell por un euro.

Y, además, le ha garantizado que asumirá el 80% de las pérdidas que sufra durante los próximos diez años una cartera de créditos relacionados con el ladrillo (ya sea de promotores, de hogares o de

pymes relacionadas con la construcción) y de activos inmobiliarios adjudicados de 24.000 millones. El supervisor, con un informe de la auditora Ernst & Young, ha llegado a la conclusión de que las pérdidas de esa cartera ascenderán a 5.500 millones. Como la caja tiene unas provisiones de 4.000 millones, el agujero que tendrán que tapar el FGD y el Sabadell serán 1.500 millones (1.200 millones el Fondo y 300 millones el banco).

No obstante, en el sector financiero, especialmente las entidades que participaron en la subasta de la CAM, creen que la cifra calculada por Ernst & Young es demasiado optimista y que de esa cartera se perderá una cuantía que superará los 10.000 millones.

En todo caso, calculando que sean 1.200 millones la aportación definitiva del FGD, las ayudas con las que contará el Sabadell serán, como mínimo de 6.500 millones (sumados los 5.249 millones iniciales), según explicaron fuentes oficiales del FROB.

En el sector financiero explican que en los primeros años, el FGD tendrá que hacer una aportación superior a esos 1.200 millones, ya que primero tendrá que pagar la totalidad del crédito que resulte impagado aunque después recuperará una parte cuando venda los activos que vaya embargando.

Por tanto, inicialmente el FGD tendrá que desembolsar bastante más que esos 1.200 millones. Y habida cuenta de que en marzo apenas contará con 3.000 millones, esta operación puede ponerle en serios apuros. Y las que vendrán después, como Unnim y Banco de Valencia, que se articularán de forma similar, podrían no contar con fondos suficientes. Sin embargo, las fuentes oficiales del FROB aseguran que el dinero que tiene actualmente acumulado el FGD es perfectamente suficiente para hacer frente a estas pérdidas y a las de las otras nacionalizadas e incluso están convencidas de que las entidades financieras españolas no tendrán que hacer una derrama extraordinaria en ningún momento. En el organismo defienden que en España se han pagado en los últimos 30 años las reestructuraciones de las entidades con el Fondo de Garantía y su intención es que se siga haciendo. “Mientras la solvencia sea válida, seguiremos haciéndolo porque es una filosofía acertada”, dijeron las mismas fuentes.

La decisión de hacerlo así ha sentado muy mal en el sector financiero, que no entiende que todas sus aportaciones de los últimos años y buena parte de las nuevas (el viernes pasado se les dio orden de multiplicarlas) vayan a parar a una sola entidad. ¿Por qué tenemos que pagar nosotros una compra al Sabadell?, aseguraba un directivo de un banco de cajas.

Al margen de los debates sobre si es la mejor manera de diseñar la operación (los usuarios temen que si algún día necesitan recurrir al Fondo no tenga dinero para hacer frente a su pérdida de depósitos), lo que permitirá es que no haya ni un euro de pérdidas para las arcas públicas. La aportación del FROB se limitaría, si fuera necesario, a dar una línea de liquidez al banco en caso de que el BCE decidiera de repente cerrar su barra libre y no pudiera renovar los 7.700 millones que le ha prestado, y también si no pudiera refinanciar los 4.500 millones que tiene en emisiones avaladas por el Estado.

Pero dado que se trata de liquidez (no recapitalización), aunque tuviera que hacerse alguna aportación, lo normal es que el FROB lo recuperara. Es lo que se espera con la línea de 3.000 millones que le concedió cuando la intervino.

Mientras, Banco Sabadell tendrá que asumir unas pérdidas de 300 millones en los próximos diez años si se cumplen las perspectivas de Ernst & Young. Si se materializan las expectativas del sector financiero, su aportación (que equivale al 20% de las pérdidas de esa cartera de 24.000 millones) podría superar los 2.000 millones. Además, la entidad tendrá que captar nuevo capital para poder absorber la CAM. La semana pasada ya anunció una conversión de preferentes en bonos convertibles en acciones que servirán para elevar su solvencia, pero en el sector calculan que tendrá que hacer una ampliación de capital adicional de algo más de 1.000 millones.

Tomando como referente lo realizado por la entidad en las compras realizadas de los últimos años, Sabadell mantendrá con toda probabilidad la marca CAM, al menos en la zona de Levante, que es donde está más arraigada, y eliminará prácticamente todos los servicios centrales, aunque dejará una parte –a diferencia de lo que pretendían hacer el resto, que los iban a suprimir por completo–. En todo caso, la pérdida de empleos en este departamento será muy elevada, dado que tiene en torno a 1.200 trabajadores. Además, reducirá la red de sucursales, especialmente en las zonas de expansión. Actualmente la CAM cuenta con 939 sucursales, de las que 388 están fuera de su zona natural.

El nuevo grupo contará con unos activos de 166.346 millones, 2.326 oficinas y 17.000 empleados. Dón.

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