Este artículo se publicó hace 14 años.
Los sacrificios, vitales para evitar la quiebra, dice Papandreu
El primer ministro griego, Georgios Papandreu, declaró el martes que su país estaba luchando por la supervivencia frente a la quiebra e instó a los funcionarios y los pensionistas a aceptar sacrificios para salvar a la nación, que arrastra una enorme deuda.
En un emotivo discurso a su partido socialista, PASOK, en víspera de una reunión del Gobierno en la que se prevé que se apruebe un nuevo plan de medidas de austeridad, Papandreu dijo: "Lucharé para salvar a la madre patria de cualquier posibilidad angustiosa de bancarrota que pueda conllevar".
Bajo la presión para cumplir las demandas de la Unión Europea de encontrar modos de ahorrar 4.800 millones más antes de que visite Alemania el viernes, el primer ministro resaltó el riesgo de incumplimiento, diciendo que los especuladores habían convertido en prohibitivos los costes de endeudamiento.
"Si alguien piensa que es un escenario de pesadilla remoto, no se dan cuenta de cuál es la situación", declaró. "Cada día descubrimos nuevos agujeros, nuevas minas, en el déficit presupuestario".
Papandreu no especificó las medidas pero dijo que los empleados públicos tendrían que arreglárselas con menos, y el Estado podría no continuar subvencionando pensiones. Eso podría dañar dos bases de apoyo clave del PASOK.
"Necesitamos adoptar duras decisiones, decisiones que pueden ser injustas", declaró.
Fuentes gubernamentales dijeron que las medidas bajo consideración incluían elevar el impuesto sobre el valor añadido (IVA), recortar las pagas del sector público, congelar las pensiones y elevar los impuestos sobre los carburantes, tabaco, alcohol y productos de lujo.
Los costes de endeudamiento de Grecia cayeron a su nivel más bajo en semanas el martes, ante la creciente esperanza que el Gobierno anuncie nuevas medidas de austeridad que ayude a asegurar el apoyo financiero europeo.
"Existe considerablemente más confianza ahora de que habrá algún tipo de mecanismo de apoyo para ayudar a Grecia", dijo Kornelius Purps, estratega de UniCredit en Múnich.
CAUTELA ALEMANA
No obstante, el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, dijo que no era apropiado hablar sobre ayuda financiera hasta que Atenas hubiera hecho más para limpiar sus finanzas públicas.
"Antes de que se produzcan discusiones sobre ayuda, esperamos que Grecia complete sus deberes en política de consolidación", declaró Westerwelle, que también es vicecanciller del país.
Fuentes de gobiernos europeos han dicho que Alemania y Francia están trabajando en planes de contingencia que implican que instituciones financieras públicas garanticen la compra de bonos griegos por parte de bancos o que los compren directamente.
La agencia calificadora Moody's dijo en una nota que el citado plan podría incluir la compra de unos 30.000 millones de euros en deuda griega por parte de los bancos estatales franceses y alemanes e inversores privados.
Los detalles podrían ser anunciados el viernes cuando Papandreu se entrevista con la canciller Angela Merkel en Berlín, añadió.
Sin esperar al anuncio de una mayor austeridad, el principal sindicato del sector público griego convocó una huelga de 24 horas el 16 de marzo en protesta contra las nuevas medidas, que se prevé recorte el salario de los funcionarios y sus beneficios.
Las encuestas mostraron un apoyo relativamente alto para los planes de abordar la montaña de deuda, que Papandreu el martes dio que había alcanzado los 300.000 millones de euros, aproximadamente un 125% del PIB griego. Pero los taxistas paralizaron el tráfico en Atenas en protesta contra medidas impositivas.
En Bruselas, los socialistas europeos propusieron crear un fondo de emergencia para evitar incumplimientos de países de la eurozona, como Grecia, y protegerse de especuladores.
El fondo formaría parte del Banco de Inversión Europeo (EIB), que emite bonos para asegurar efectivo para proyectos energéticos y de construcción de autopistas, por ejemplo.
No obstante, el EIB dijo que sus estatutos le prohíben participar en rescates financieros y países como Alemania, Holanda y Finlandia, se oponen rotundamente a un fondo de rescate.
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