Este artículo se publicó hace 14 años.
Sakineh sigue con vida
El Comité Internacional contra la Lapidación asegura que la mujer iraní no fue ejecutada, como tenía previsto el régimen de Teherán
La iraní Sakineh Mohammadi Ashtianí, condenada a muerte por supuesto adulterio y asesinato de su marido por el régimen de Teherán, no fue ejecutada hoy, según informó el Comité Internacional contra la Lapidación.
En declaraciones a EFE, la portavoz del Comité, Mina Ahadi, informó de que "la hora de las ejecuciones en Irán ya ha pasado y Sakineh sigue viva".
"Sakineh no ha sido ejecutada hoy y sigue en la cárcel", explicó Ahadi, pero añadió que su ejecución podría producirse en cualquier momento "como mañana, en los próximos días o la próxima semana".
La portavoz del Comité ha señalado que "tal vez" las protestas de las últimas horas por parte de gobiernos como los de Gran Bretaña y Francia "han paralizado momentáneamente la ejecución de Sakineh".
"No podemos hablar directamente con las personas encarceladas, pero los contactos que tenemos allí nos han indicado que la mujer sigue viva. No obstante tenemos que continuar con la campaña de defensa a Sakineh, porque todavía puede ser ejecutada", añadió la portavoz.
Ejecución inminenteEl Comité alertó ayer de la posibilidad de la ejecución inminente de Sanikeh, ya que se habría dado orden a la prisión de Tabriz, en la que está retenida, de proceder al castigo.
Fue condenada en 2006 por adulterio y más tarde de haber matado a su marido Ante esta noticia, cientos de personas protestaron en las calles y varios gobiernos aumentaron su presión sobre las autoridades iraníes y condenaron los "inminentes" planes de ejecución del régimen de Teherán.
Sakineh, de 43 años, fue condenada a muerte en 2006 tras ser declarada culpable de adulterio por mantener relaciones con dos hombres tras la muerte de su esposo. Más tarde, también fue acusada de ser cómplice en el asesinato de su marido y desde entonces permanece ingresada en un cárcel de Tabriz, en el norte del país.
El pasado 11 de octubre, el hijo de la condenada y el abogado de su madre fueron detenidos por la policía iraní junto a dos periodista alemanes. Según señaló la portavoz del Comité Internacional contra la lapidación, "los periodistas siguen en Irán", donde también existe una representación del gobierno alemán para tratar el caso.
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