Este artículo se publicó hace 11 años.
Sale de la cárcel Miguel Ricart, el único condenado por el asesinato de las niñas de Alcàsser
Ha dejado la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) a las 17.42 horas de este viernes, después de que la Audiencia Provincial de Valencia ordenara su liberación inmediata
Miguel Ricart, condenado en el año 1997 a 170 años de prisión por el secuestro, violación y asesinato de Míriam, Toñi y Desirée, las tres niñas de Alcàsser (Valencia), ha salido de la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) a las 17.42 horas de este viernes.
Ante el aluvión de periodistas congregados a las puertas de la prisión, Miguel Ricart ha salido de la misma con el rostro cubierto por una braga polar y un gorro de color negro, sólo mostrando sus ojos. Muy abrigado, portaba una mochila de deporte en la que llevaba todas sus pertenencias. Ricart no ha querido hacer declaraciones a los medios de comunicación y nada más salir, se ha dirigido al taxi que diez minutos antes había llegado a la puerta de la cárcel.
La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha acordado este viernes la inmediata puesta en libertad de Miguel Ricart, único condenado por el triple crimen de Alcàsser (Valencia), según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV). La Audiencia ha considerado que Ricart ya ha cumplido sus penas, y ha rechazado las peticiones de las partes, que reclamaron el mantenimiento de la aplicación de la 'doctrina Parot' al preso, encarcelado en la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real).
El 22 mayo de 2011, Ricart hubiera cumplido su pena; sin embargo, la Audiencia de Valencia acordó aplicarle la doctrina Parot solicitada por la Asociación Clara Campoamor, que adjudicaba beneficios penitenciarios sucesivamente a cada condena y no sobre el máximo de 30 años, por lo que su salida se retrasaba hasta 2023.
La crónica del conocido como caso Alcàsser arranca el 13 de noviembre de 1992 con la desaparición de las menores Miriam García, Toñi Gómez y Desireé Hernández, que fueron vistas por última vez cuando iban desde Alcàsser, donde residían, a la discoteca "Color" de la vecina localidad de Picasssent, a la que nunca llegaron. El 27 de enero de 1993, 75 días después de su desaparición, dos apicultores que caminaban por el paraje de La Romana, de difícil acceso y cercano a la presa de Tous, descubrieron los cuerpos semienterrados de las tres menores, abriéndose entonces el caso Alcàsser.
Los cuerpos fueron traslados al Instituto Anatómico Forense para realizarles la autopsia, que se inició a las nueve y finalizó a las cinco de la tarde con la conclusión de los forenses de que Miriam, Toñi y Desireé fueron torturadas y violadas antes de ser asesinadas de un disparo. Al día siguiente del hallazgo de los cuerpos fueron detenidos varios sospechosos, entre ellos Miquel Ricart, que confesó su participación en los crímenes, y Enrique Anglés, hermano de Antonio, principal sospechoso que había aprovechado un permiso penitenciario para darse a la fuga y del que desde entonces se desconoce su paradero.
Los platós de las diferentes cadenas de televisión abandonaron sus estudios y se trasladaron hasta Alcàsser, un pequeño pueblo de 7.500 habitantes que aquella noche, según los analistas, dio luz al fenómeno de la "telebasura". El 30 de enero a mediodía se celebró el triple funeral y ese mismo día fue puesto en libertad Enrique Anglés. El 4 de abril de ese año, el juzgado de Alzira (Valencia) que instruía las diligencias del caso, levantó el secreto del sumario.
El 12 de mayo de 1997 comenzó el juicio contra Miguel Ricart, conocido como El Rubio y único procesado por el triple crimen de Alcàsser. Tras casi cuatro meses, 49 vistas judiciales y la comparecencia de un centenar de testigos, el 5 de septiembre, la Audiencia Provincia condenó a Ricart a 170 años de prisión por el rapto, violación y asesinato de las tres menores.
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