Este artículo se publicó hace 17 años.
Salsa y hip-hop para Alá
El hip-hop, la salsa y el gospel también sirven para alabar a Alá, y no sólo los sermones y las lecturas coránicas; por eso, en este Ramadán los grupos musicales compiten por adaptar el Islam a los ritmos más "cool".
En estas peculiares versiones de la música sacra, la salsa y el hip-hop aparecen despojados del sexo, la droga y la violencia para ofrecer a los jóvenes musulmanes música menos iconoclasta.
En el Ramadán de 2007 han pasado por El Cairo grupos de Asia, África y América que compiten por dar un aire occidental a las tradicionales canciones religiosas islámicas conocidas como "Anashid" (salmos).
Desde Indonesia ha llegado el grupo "Daeí al Nada" con su gospel cantado en árabe, inglés y francés en títulos como "Dale las gracias a Alá", "No estoy preparado para el paraíso", "No tengo otro dios que tú" o "Amor y fe".
Hasta se atreven con la salsa cantada en árabe, como es el caso de "Mi corazón", un corazón entregado a Dios.
"Hemos elegido predicar el Islam con un estilo nuevo, ya que nuestros salmos son occidentales y no orientales, dirigidos tanto a árabes como europeos", afirmó a Efe el cantante estrella del grupo, Nur.
La fórmula de Nur cantando a capella y sus seis acompañantes imitando con sus voces diversos instrumentos -al estilo de Les Luthiers o de Bobby McFerrin- ha atraído a un público eminentemente joven que busca algo distinto de las largas sesiones de rezos en la mezquita típicos del Ramadán.
Nur y sus compañeros son al mismo tiempo especialistas en el Corán y amantes del rock and roll, el gospel y la salsa, mezcla que les ha permitido ofrecer esta nueva fórmula.
Más sorprendente es todavía la fórmula de los estadounidenses de "Native Deen", los primeros en ofrecer el "hip-hop islámico".
Los cuatro raperos llevan el mensaje religioso como estandarte de su música por la necesidad de "limpiar" de violencia, drogas y sexo el estilo tradicional de ese género musical.
Para difundir su fe y devoción a Alá, los "Native Deen", que ofrecieron este mes dos conciertos en El Cairo, desde donde pasarán a los territorios palestinos, empiezan algunas canciones con frases del Corán.
"Rescátame de los pecados", "Alaba a Alá" y "Para los profetas" son los títulos elegidos por los raperos para convencer a los jóvenes de que pasen su tiempo de ocio en oración en vez de perderlo en diversión.
Y para que no falte nada del ambiente espiritual necesario para esas interpretaciones de moda, los conciertos de la nueva música islámica moderna se celebran en el corazón de El Cairo medieval como en la Ciudadela y en las numerosas salas, casas antiguas y parques vecinos a la mezquita de Al Azhar.
También algún grupo egipcio se ha apuntado a la moda "islámico-religiosa", como es el caso de "Iftikasat", grupo que siempre había cultivado el jazz y ahora lo mezcla con cantos inspirados en la corriente islámica sufí, que apuesta por la exaltación del espíritu a través de la oración.
Bajo el título de "Mulid sidi el latini" (Romería de Don Latino), un cantante vestido con galabiya (túnica tradicional egipcia) alaba al profeta Mahoma en árabe, mientras los cinco músicos de "Iftikasat" improvisan sinuosos ritmos de jazz.
"Iftikasat" -cuyo nombre significa "inventos" en árabe callejero- se hicieron famosos hace dos años por el jazz que tocaban en los lujosos bares de El Cairo, pero han incluido recientemente a un cantante sufí para dar al grupo algo de la religiosidad de moda.
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