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San Isidro, también indignado

LUIS GIMÉNEZ SAN MIGUEL

Chulapos con boina y flor, un mitin improvisado de una formación que no ha querido perder la ocasión para hacer campaña, panfletos del Partido X a la salida del metro, los trabajadores de CocaCola protestando, sol, cerveza y planchas de carne. En las madrileñas fiestas patronales de San Isidro también se cuela la protesta ciudadana.

La indignación y la movilización contra las políticas del PP y su gestión de la crisis económica se han ido extendiendo como un magma por todos los rincones desde aquel 15 de mayo de 2011, justo hace tres años, cuando las plazas se llenaron de demandas de más democracia y menos recortes sociales, en ese momento dirigidas contra el PSOE. Cuando se celebra su tercer aniversario, y el día de la fiesta patronal de Madrid, San Isidro, la plataforma Juventud Sin Futuro, quien fue promotora y es actor del movimiento 15-M, ha acudido a la pradera de San Isidro para, frente a la emblemática Ermita, desplegar una enorme pancarta al sol del mediodía en la que miles de vecinos han podido leer que 'Madrid no es ciudad para jóvenes' .

Con esta acción de protesta, la plataforma ha dado visibilidad en estas fiestas a su nueva campaña, que tras el No nos vamos, nos echan que colocó el problema del exilio laboral en la agenda política, ahora trata de llamar la atención sobre los problemas que encuentran los jóvenes en la capital y volver a poner sobre la mesa que siguen 'sin curro, sin casa, sin servicios públicos, sin transporte y sin ocio'.

'La apuesta de las élites por esta ciudad es la de Eurovegas y los Juegos Olímpicos que nunca salen', añade Eva Muñoz, otra de las portavoces. 'Mientras, a los jóvenes no nos dan alternativas para desarrollar nuestros proyectos de vida dignos y nosotros queremos recuperar esta ciudad para nosotros'.

'Hemos arrancado esta campaña recientemente y el 15 de mayo nos parece una fecha perfecta para presentarla en la pradera de San Isidro. Queremos celebrar Madrid con los madrileños, los que hemos nacido aquí y los que no, y también queremos decir que esta es una ciudad genial y que nos encanta, pero a la vez es una ciudad cada vez más difícil para la gente corriente', ha dicho Ramón Espinar. Entiende así que esta ciudad 'es para que los bancos y las grandes empresas hagan negocio y especulen con el suelo y las vidas de los vecinos'. Por estos motivos, aprovechan la fiesta popular para 'construir un modelo de ciudad que no tenga que ver con el saqueo de la casta y sí con las mayorías'.

'Claro que sí, que se enteren todos de lo mal que estamos', decían algunos de los asistentes a las fiestas que se quedaban mirando a los jóvenes leyendo el comunicado delante de la pancarta. 'Iros a vuestra casa, ya está bien de molestar también aquí', decían otros. Mientras los activistas han decidido no prestar atención y seguir repartiendo periódicos y pegatinas, han sido distintos grupos de madrileños los que han discutido sobre la pertinencia o no de llevar a cabo la protesta en un lugar donde los vecinos no están acostumbrados a ver pancartas y megáfonos.

Al final, varios agentes de Policía les han emplazado a recoger la pancarta, dejar de dar panfletos e irse. O serían multados. La labor ya estaba hecha, por lo que han recogido y el grupo de jóvenes se ha mezclado con la muchedumbre para, también, disfrutar de las fiestas patronales.


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