Este artículo se publicó hace 16 años.
Sanchez Dragó reconoce que sólo le gusta de España la lengua y los toros
"Y si habla mal de España... es español" es el título del nuevo libro del periodista y escritor Fernando Sánchez Dragó, en el que reconoce repartir "leña a diestro y siniestro" porque, según él, sólo hay dos cosas que le gustan de este país: la lengua y los toros.
"Yo hablo realmente muy mal de España en mi libro", ha asegurado hoy Sánchez Dragó (Madrid, 1936) durante la presentación de su nueva obra, aunque a continuación ha asegurado: "soy más español que nadie y ahí está la pugna".
Definido por el propio autor como "peleón, agrio, insultón y antipático", el libro, editado por Planeta, se estructura en tres partes: "De la España Mágica a la España Hortera", "A Contraespaña" y "¿Arriba España?".
El escritor, que se considera a sí mismo como "singular e irrepetible", ha explicado que las primeras páginas le surgieron tras la rabia que le ocasionó el proceso de escritura de "Muertes paralelas", un libro anterior que dedicó a la muerte de su padre al comienzo de la Guerra Civil.
La segunda parte continúa con el "arrebato furioso contra España" que sintió, en el verano de 2006, desde que aterrizó un día en Barajas y tuvo que pasar por mil peripecias hasta llegar a su casa en el madrileño barrio de Malasaña.
Fue entonces cuando se dio cuenta de la España hortera simbolizada por "El pocero", afirmó.
Y, finalmente, en la tercera parte del libro, escrita en el verano de 2007, el autor dice que se "serenó", aunque ello le ocasionó afrontar "la parte más dura del libro".
Pues al igual que un náufrago, intentaba llegar a la orilla que es España y sólo encontró dos asideros: la lengua -"nos sigue diferenciando como patria"- y los toros -"el único rango frente a otros países"-.
El escritor ha manifestado que los toros son "un sacramento", y que en una corrida se unen "arte, sentimiento, emoción, serenidad, orden y cumplimiento del deber".
A la pregunta de por qué no le gusta España, Sánchez Dragó ha respondido destacando la envidia como pecado capital, el que no se valore al hombre inteligente sino al hombre listo, la pésima educación y el carecer de sentido del humor.
Sin embargo, el escritor, que estaba acompañado por su actual esposa, de nacionalidad japonesa, ha ensalzado las bondades de ese país asiático, ya que para él "Occidente está en decadencia absoluta" y "Europa dentro de veinte años será Tercer Mundo".
Según Sánchez Dragó, que ha dicho no entender qué son los nacionalismos, "el español es el único que pone en duda constantemente su identidad", por ello "el concepto de patria se ha ido desvaneciendo" y España se ha convertido en "una plebe sin pueblo", concluyó.
El autor, que a semejanza de Francisco Umbral sólo quería hablar de su libro, al ser preguntado por los políticos españoles sólo ha reconocido tener "muy mala opinión de ellos".
Sobre sus preferencias entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, el escritor ha dicho: "me gustan por igual las rubias y las morenas".
"Éste es el último libro que dedico a España", afirmó Sánchez Dragó, que lo ha enmarcado en el género literario de "España como problema", ya practicado por Unamuno, Ortega y Gasset y Primo de Rivera.
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