Este artículo se publicó hace 11 años.
Santamaría asume la estrategia contra Bárcenas tras el fracaso de Cospedal
La estrategia de comunicación del Partido Popular frente a Luis Bárcenas ha sido un fracaso, en opinión de muchos de sus propios miembros: por inexistente o porque la dirección nacional no ha sabido o no ha podido adelantarse a los acontecimientos que, marcados por el ex tesorero nacional, han condicionado la agenda del Gobierno, del PP y, en general, de la actualidad política nacional. Esta reflexión generalizada e incrustada ya en el seno del partido ha llegado a Mariano Rajoy que ha decidido hacer un intercambio de papeles: el protagonismo del partido debe pasar al Ejecutivo, que es quien, además, ha de tomar las riendas de los mensajes anti-corrupción a trasladar a la opinión pública.
Hoy hace 21 días que María Dolores de Cospedal dio su última rueda de prensa en la sede nacional del PP, en la madrileña calle Génova. Esta comparecencia fue en la que la secretaria general sorprendió a propios y extraños con la indemnización "en diferido" a Bárcenas o su "simulación" de contrato. Hoy no está previsto que comparezca tampoco, aunque la duda principal es si lo hará mañana martes, cuando le correspondería por ser el primer día laborable de la semana. El 4 de marzo la rueda de prensa se canceló con los periodistas esperando en la puerta y el día 11, la número dos del PP protagonizó un desayuno-coloquio respaldada por el presidente del Gobierno, que la presentó y cubrió de elogios; la vicepresidenta y cinco ministros, además de los portavoces, diputados y senadores, presidentes autonómicos, alcaldes y los más destacados cargos orgánicos, como la cúpula del PP nacional o la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre.
Con su secretaria general bien reafirmada en su puesto de máxima responsable del PP tras él mismo, Rajoy ha pedido a su números dos en el Gobierno que tome las riendas de la estrategia para que el nombre de Bárcenas -que sigue sin ser pronunciado en público por los principales dirigentes conservadores, salvo por Alberto Núñez Feijóo, que lo soltó en La Moncloa- pase a ocupar, como mucho e inevitablemente, la actualidad de tribunales.
"Rajoy trata de desligar la actualidad de tribunales sobre Bárcenas de la del Ejecutivo"
Soraya Sáenz de Santamaría cuenta en este reto complicado con la otra persona de la máxima confianza del presidente, la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez de Castro. También con el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, su número dos José Luis Ayllón, que Saénz de Santamaría ha situado al frente del grupo de trabajo para sacar adelante las medidas anticorrupción anunciadas por Rajoy en el Debate sobre el Estado de la Nación.
Ayllón dio una conferencia el pasado día 13, en el marco del V Foro Iberoamericano de la Fundación Iberoamericana de Estudios Jurídicos y, horas antes de la primera reunión del grupo de trabajo que presidiría la misma vicepresidenta, hizo un pormenorizado adelanto de lo que será la ofensiva del Gobierno contra la corrupción: una ley orgánica de control de la actividad financiera y económica de los partidos "que garantice el control de sus cuentas", modificaciones tanto en la ley Orgánica de Partidos Políticos como en la ley Orgánica de Financiación de los Partidos, en la ley del Tribunal de Cuentas o en la de Contratos del Sector Público, así como un "estatuto del empleado público" o la reforma del Código Penal y de la ley de Enjuiciamiento Criminal.
Además, el secretario de Estado se refirió a la norma de Transparencia, que ya está en trámite en el Congreso y cuya principal incógnita sigue siendo si incluirá a la Casa Real. Todo parece indicar, sin embargo, que el Ejecutivo está a la espera de un pronunciamiento de Zarzuela al respecto, pues Rajoy no tiene la más mínima intención de incorporar a la Familia Real por iniciativa propia, según fuentes de su entorno.
De los 'brotes verdes' a pioneros de la corrupciónLa semana pasada, los argumentarios y mensajes que el PP hace llegar a sus filas para ponerles al corriente de las actuaciones del Ejecutivo y orientar sus comparecencias públicas y respuestas a la prensa tomaron un tinte radicalmente diferente del de hasta ahora: de los brotes verdes, la marca España o la forzada explicación sobre la mejora de las cifras del paro, la dirección nacional del partido —con la firma implícita de la Moncloa— desplegó su nueva artillería: "El Gobierno lidera una nueva etapa de regeneración democrática en España" y sus "reformas por la regeneración democrática han sido una prioridad". Tanto lo han sido, incluyen los conservadores en su doctrina, que hasta se permiten recordar al PSOE que "ha sido incapaz de llevar a cabo" la ley de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Buen Gobierno y ha tenido que llegar el PP para ponerla en marcha.
La última rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, el pasado viernes, ha sido la primera tras varias semanas en la que Bárcenas no ha sido el protagonista de las preguntas, con gran satisfacción por parte del equipo de Sáenz de Santamaría, que dan la batalla por ganada, al menos, en su terreno. La preocupación ahora se sitúa en la Audiencia Nacional, pero en La Moncloa siguen sin creer que esto vaya con ellos y, si la situación se complica, seguirán mirando al partido.
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