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Sardà: "Hay gente que insiste en volver al 36"

P.C.

'Tenía mucho miedo. El primer Federico García Lorca y la primera Núria Espert imponen a cualquiera. Pero Lluís [Pasqual] llegó y me dijo: ‘Tú te callas y te subes al escenario, que hay mucho trabajo'. Núria me cogió de la mano y ya fue como siempre. Pero me comporté con el descaro de una actriz que empieza', dijo ayer Rosa María Sardà durante la presentación de La Casa de Bernarda Alba en el Matadero de Madrid, que se estrena hoy. Miedo, pero detrás también hay oficio. Eso es algo que la actriz tiene muy claro. 'Cuando salgo del teatro, dejo colgado al personaje', señaló a Público.

En este caso se viste de Poncia, la criada de Bernarda, una de esas mujeres maltratadas de la España que Lorca retrató en esta obra. 'No he conocido esto porque mi familia creía en la libertad, pero había muchísimas mujeres, y todavía las hay, preocupadas por la apariencia, por el qué dirán. Es un resto que queda de la dictadura', manifestó la actriz.

Lluís Pasqual manifestó que la obra de Lorca 'es un retrato de la intolerancia de la derecha. Bernarda es un gigante con los pies de barro, tiene unos valores que no puede defender'. En este sentido, Rosa María Sardà reconoció que 'como dijo Lorca, la obra es un reportaje sobre la realidad del año 36, pero hay mucha gente que insiste en volver a esta época oscurantista'.

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