Este artículo se publicó hace 16 años.
Sarkozy llega hoy a Túnez para una visita de Estado acompañado de su esposa
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, llegará esta tarde a Túnez acompañado de su esposa, Carla Bruni, para una visita de Estado, en la que la cooperación económica, la Unión del Mediterráneo y la emigración serán asuntos prioritarios.
Sarkozy viaja acompañado también de seis ministros y de una delegación de más de un centenar de empresarios al frente de la cual figura la presidenta de la Patronal francesa, Laurence Parigot.
El ministro de Exteriores, Bernard Kouchner, estará ausente por su viaje a América Latina, en el marco de los esfuerzos de París para obtener la liberación de la ex candidata presidencial franco-colombiana Ingrid Betancourt.
La secretaria de Estado francesa, Rama Yade, conocida en Túnez por sus pronunciamientos en varios asuntos internacionales, como el de la represión en Tíbet, integrará la delegación gubernamental que acompaña a Sarkozy.
Las ONG tunecinas no esperan que Sarkozy preste demasiada atención a la situación de los derechos humanos en Túnez, según declaró hoy a Efe el presidente de la Liga tunecina de derechos humanos (LTDH), Moktar Trifi.
Ello se debería, en opinión de medios diplomáticos europeos, al interés de Sarkozy en no herir la susceptibilidad de su anfitrión, Zine el Abidín Ben Alí, un aliado político de Francia, que además es uno de sus principales interlocutores económicos.
Sarkozy trae en sus manos varios proyectos económicos, entre ellos la venta de equipamientos de la firma "Alstom" para una central térmica por un valor superior a los 300 millones de euros, y la de aviones "Airbus".
En Túnez, Sarkozy presidirá la firma del primer acuerdo en el norte de África sobre la gestión concertada de la emigración, al que París da una gran importancia porque no solo compromete a Túnez a combatir la emigración ilegal, sino a establecer cuotas consensuadas de emigrantes legales.
Al igual que sucedió previamente con Marruecos, Argelia y Libia, en esta ocasión la delegación francesa tratará con las autoridades tunecinas sobre un acuerdo-marco para el uso civil de la energía nuclear.
Aunque Túnez es el más pequeño de los países del Magreb, la balanza comercial con Francia es la mayor de todas las de la región, ya que asciende a unos 7.000 millones de euros anuales.
Ben Alí probablemente elogiará el proyecto de Unión del Mediterráneo, una iniciativa apoyada por la Unión Europea (UE) tras haber salvado las reticencias que en su día presentó la Canciller alemana, Angela Merkel.
Ese proyecto se inserta ahora en la continuidad del proceso de cooperación euromediterránea abierto en la ciudad de Barcelona (España) en noviembre de 1995, y Túnez compite con Rabat para optar a la sede de su secretaría general, un asunto que saldrá a la palestra en la conferencia de jefes de Estado prevista en París el 13 de julio próximo.
En ese contexto, figura la lucha contra el terrorismo y las amenazas de Al Qaeda sobre los países del Magreb y del Sahel, donde actúa su ramificación argelina, el antiguo Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC).
En febrero pasado esa banda secuestró en el Sahara tunecino a dos turistas austríacos que mantiene presumiblemente en sus refugios del norte de Mali, y por cuya liberación ha reclamado la puesta en libertad de detenidos integristas en Túnez y Argelia, y el pago de un rescate de unos cinco millones de euros.
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