Este artículo se publicó hace 15 años.
Todo el secreto de las imágenes tramposas
París reúne 250 obras con efectos ópticos en torno a Dalí
Relájate y goza. Mira esos colores que se mueven en el techo de una sala oscura y te hipnotizan con sus formas. Mira esas manchas de tinta en un papel y deja que el psicólogo te pregunte qué ves. Contémplate en un espejo bufo de feria, y al ver esa copia tuya con doble sentido, a partir de ahora, podrás decirte: "Esto no es un chiste, porque toda la historia del arte está dominada por imágenes juguetonas, efectos ópticos, dobles sentidos, mensajes subliminales".
París dedica una enorme exposición, a partir del 8 de abril, a un largo recorrido por la historia de las imágenes ambiguas y ocultas en el arte de todos los tiempos y todos los lugares. Una muestra-tesis, a la vez ambiciosa, juguetona y estimulante, que reúne en torno al maestro surrealista Salvador Dalí, al manierista Arcimboldo, al contemporáneo Markus Raetz y a decenas de otros artistas, como Alberto Durero, Pablo Picasso, René Magritte o Marcel Duchamp.
Se demuestraque el efecto óptico ha sido norma en la historia del arteUna imagen puede esconder otra es el título de la exposición que escogió el comisario y director científico Jean-Hubert Martin, a la cabeza del equipo de siete investigadores que han reunido en el Grand Palais de París esta vasta colección de 250 obras.
Una colección variopinta y dispar, divertida e intrigante en la que uno puede perderse horas. Es más, es una colección que ha sido reunida con un designio muy particular: cambiar nuestra manera de ver los detalles extraños, las anamorfosis, los exotismos, las monstruosidades, los antropomorfismos de las obras.
Cuando uno piensa en obras con delirios y florilegios ambiguos, inmediatamente se ve a Jerónimo Bosco y sus diferentes cuadros, considerados como una excepción de la historia del arte. La imagen ambigua, el detalle inquietante que te perturba porque parece que quiere decir algo más de lo que parece, ha sido vista como una excepción, una excentricidad, un capricho de un artista en un momento preciso.
«La ambigüedad de la percepción sensorial unían a Duchamp y a Dalí»El objetivo es demostrar que la ambigüedad y el efecto óptico, la imagen que sólo se deja ver en segunda lectura, lejos de ser un capricho, son, y han sido siempre, la norma en la historia del arte. En todos los tiempos y todas las épocas. A veces, por necesidad para escapar de una censura u otra; otras, para alentar una revolución formal; incluso, por pura inspiración; y siempre, en el centro del universo.
Casi 30 obras de Dalí constituyen el centro de esta exposición. Un lugar muy particular se ha concedido a El enigma sin fin, el cuadro de 1938, conservado hoy por el Reina Sofía y que, en su día, fue el punto álgido de la ruptura surrealista entre el de Cadaquès, partidario del método paranoico-crítico, y André Breton, partidario de los automatismos.
Dalí está escoltado por el celebérrimo manierista Arcimboldo, conocido por sus retratos de personajes cuyas caras son en realidad hortalizas. Se trata no tanto de celebrar su supuesta excentricidad, sino de certificar que su trabajo se inscribe en una filiación milenaria con rastros en China, Persia y las artes maoríes del Pacífico Sur.
El defensor de DalíPero el verdadero vigía de Dalí es Marcel Duchamp. Explica Jean-Hubert Martin que "la ambigüedad de la percepción sensorial unían a Marcel Duchamp y a Dalí, que se admiraban mutuamente". De hecho, en 1960, Duchamp defendió con uñas y dientes la presencia de obras de Dalí en la gran exposición retrospectiva del surrealismo que se organizó en Nueva York, y de la que los surrealistas oficiales querían expulsarlo.
Una de las muchas razones del intento de expulsión es que los oficialistas acusaban a Dalí de un pecado capital: si bien le reconocían la invención de una nueva imaginación y nuevos paisajes nacimiento de la "imagen pulsión", también le reprochaban el relamido estilo renacentista que imperaba en la mayoría de sus cuadros.
Ahora, con la muestra, lo que vienen a decir las 250 obras en diálogo es que siDalí rescató la iconología renacentista, es porque hasta en el renacentismo había "imágenes-pulsión", y sólo él lo sabía en el siglo XX.
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