Este artículo se publicó hace 16 años.
Secuestrados 2 periodistas occidentales en Somalia
Unos hombres armados secuestraron el miércoles a dos periodistas occidentales en la provincia de Puntlandia, en el norte de Somalia, dijo la policía, el último ataque contra extranjeros en la caótica nación del cuerno de África.
"Creo que los dos periodistas son británicos, pero lo vamos a investigar (...) vamos a enviar a la policía a liberarlos", dijo a Reuters el portavoz policial de Abshir Said Jama.
Un responsable local citado por la agencia AFP dijo que los reporteros son un español y un francés.
El Ministerio español de Asuntos Exteriores dijo que las autoridades locales no les han confirmado el dato.
"Nuestra embajada en Kenia ha hablado con las autoridades de Puntlandia pero no han podido confirmarlo", indicó un portavoz.
El portavoz añadió que ningún medio se ha puesto en contacto con ellos y que están "a la espera de noticias".
"Tarde o temprano habrá alguien que reclamará un rescate y se aclarará la identidad", agregó.
En Londres, un portavoz del Foreign Office tampoco pudo confirmar los secuestros: "Estamos comprobando las informaciones, pero no tenemos confirmación todavía".
Dos periodistas 'freelance', un australiano y un canadiense, siguen retenidos tras ser secuestrados en agosto en la capital, Mogadiscio. Los cooperantes extranjeros han sido objetivos de más ataques este año, en el que se han producido varios asesinatos y secuestros.
Los periodistas extranjeros suelen quedarse fuera del país, y dejan el trabajo sobre el terreno a somalíes, pero algunos siguen entrando, pagando normalmente a milicias locales para protección.
Los secuestradores en Somalia normalmente buscan el pago de un rescate y no suelen dañar a los rehenes.
Somalia lleva 17 años inmersa en distintas guerras civiles. Ahora el Gobierno, apoyado por Etiopía, combate desde hace dos años a los insurgentes islamistas, al tiempo que el caos ha alimentado la piratería en aguas somalíes, lo que ha desatado el envío de fragatas extranjeras.
Puntlandia funciona con una cierta autonomía, pero las bandas de delincuentes han proliferado y se ha convertido en una importante base para la piratería.
Una médico española de Médicos Sin Fronteras fue secuestrada en esta zona en diciembre del año pasado junto con una compañera argentina, y fueron liberadas a los pocos días. El Gobierno español negó que hubiera pagado un rescate.
El último ataque contra trabajadores humanitarios tuvo lugar el miércoles, cuando unos hombres armados sin identificar mataron a un médico local en el hospital SOS de Mogadiscio. El Gobierno culpa a los islamistas de este tipo de ataques, pero los líderes insurgentes le acusan a su vez, para manchar su nombre e intentar provocar una reacción internacional.
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