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La Semana Negra también se indigna

Los escritores celebran un encuentro con el movimiento 15-M en medio de la polémica sobre el fin del festival

PAULA CORROTO

En plena polémica por el vallado del recinto de la Semana Negra de Gijón por orden de la Universidad de Oviedo, y las declaraciones del Gobierno de Foro Asturias de la ciudad, que suscitan la duda sobre la continuidad del festival, varios escritores debatieron anoche en la Carpa del Encuentro con los miembros del movimiento 15-M de Asturias.

La asamblea, que en realidad tuvo más tintes de tertulia, comenzó con un intercambio de opiniones en torno a la labor de los escritores con respecto a las actividades de los indignados. Éstos empezaron reprochando la ausencia de 'los intelectuales' en los debates. 'He echado de menos vuestras voces. Es cierto que algunos escritores han participado, pero la gran mayoría han estado ausentes. Si este movimiento necesita de algo es de pensadores', reclamó un indignado.

Los escritores respondieron con la experiencia que les ha dado participar en la lucha política a lo largo de su vida. Fue el caso del argentino Miguel Ángel Molfino, quien recordó sus años de actividad reivindicativa en los años setenta y apuntó 'problemas de organización' en el 15-M. 'Nosotros nos organizábamos en comisiones con el fin de captar a la gente. Porque uno no tiene que esperar a que la gente se una al movimiento sino que tiene que ir a por ella', señaló.

Los autores también insistieron en que ellos no quieren obviar las protestas ciudadanas. 'Como ustedes, nosotros estamos muy indignados. Como decimos en México, los intelectuales estamos hasta la madre. Los banqueros son los que están dictando las reglas del juego y nos dejaron fuera', apuntó Paco Ignacio Taibo, director de la Semana Negra. ' Y no olvidamos que este movimiento es lo más político que se ha hecho en años en España', añadió.

En el debate no faltaron tampoco las críticas a las reacciones de Foro Asturias, y la Universidad de Oviedo con respecto a la Semana Negra. Hubo aplausos unánimes cuando, tanto los indignados como los escritores, recordaron las vallas que por primera vez rodean el recinto del festival. 'Son el muro de la vergüenza', destacaron. De ahí que el mexicano Héctor de Mauleón insistiera en que el 15-M debe resistir ahora 'al ataque de los tiburones de los partidos'. 'Los políticos se van a acercar ahora a ustedes, ese es el mayor peligro. Y no deben aceptar nada', manifestó el autor del ensayo Marca de sangre, una recopilación de crónicas periodísticas sobre las actividades del narco en México.

Entre discusiones sobre la identidad del movimiento, sobre la cual preguntaron varios de los escritores, el debate, ya encendido, encaró conclusiones. Entre ellas, como ninguna otra pesó la de un indignado que pidió más actitud combativa. 'Creo que hay demasiado buenismo en el 15-M', criticó. El vallado del recinto prueba que la lucha continúa.

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