Este artículo se publicó hace 17 años.
SEO/Birdlife y ADENEX alertan de que la población de grullas disminuirá en la próxima década
Las grullas son un símbolo que diferencia a Extremadura y le otorga un gran atractivo turístico por la gran cantidad de ejemplares que eligen la comunidad extremeña para invernar, sin embargo se encuentran sometidas a varias amenazas que pueden mermar su población en la próxima década.
Las estimaciones de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) y Asociación de Defensa de la Naturaleza de Extremadura (ADENEX), establecidas a través de los censos anuales, indican que la población de grullas se mantiene, aunque las actuales políticas de conservación y la degradación de la dehesa disminuirán su población en los próximos años, según el delegado en Extremadura de SEO/Birdlife, Marcelino Cardalliaguet.
En declaraciones a Efe, Cardalliaguet ha explicado que el principal problema de las grullas son las molestias intencionadas que sufren por parte de los propietarios de las dehesas y las fincas donde las grullas encuentran su principal alimento, las bellotas.
Según el conservacionista, la Junta de Extremadura ha sacado a la grulla del catálogo de especies amenazadas en la modificación de 2006 de la Ley de Protección de la Naturaleza, por lo que los propietarios han dejado de percibir esta año, por primera vez, los pagos compensatorios que recibían por disponer en sus explotaciones de grullas.
Las dehesas extremeñas son el destino del 90 por ciento de las grullas que invernan en España y la comunidad concentra a más de 70.000 ejemplares en 23 espacios aproximadamente, lo que implica que estas aves provoquen un impacto importante en las dehesas por el que los agricultores y ganaderos han dejado de ser compensados.
Para el portavoz de ADENEX, Jesús Valiente, la degradación de la dehesa y la tendencia de sustituir este ecosistema tradicional por regadíos es un peligro para estas aves que será más serio en el momento en que los regadíos extremeños desaparezcan.
Según ha explicado a Efe Valiente, la apertura del libre comercio en el sector primario y los cultivos en el horizonte de 2013-2018 hará que los agricultores de regadío dejen de recibir subvenciones y los cultivos de arroz y el maíz serán sustituidos por frutales fundamentalmente.
En este sentido, ha añadido que las grullas utilizan de modo masivo los regadíos para alimentarse y su desaparición desplazará a toda la población de grullas a las dehesas para alimentarse a la vez que la masa de dehesas disminuye y se degrada.
Los tendidos eléctricos también son una amenaza potencial para las grullas porque provocan impactos sobre los cables en los días de niebla y malas visibilidad, según Cardalliaguet.
En este sentido, ha señalado que en Extremadura existen más de una docena de tendidos que suponen un punto negro para las grullas, águilas imperiales y avutardas por la alta mortalidad que producen.
Cardalliaguet sitúa varios de estos puntos negros en las Vegas Altas pacenses, por la zona de Orellana, y en el embalse de Borbollón, en Cáceres, donde los tendidos están mal señalizados y suponen un obstáculo entre los dormideros y los arrozales.
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