Este artículo se publicó hace 17 años.
Serbia ofrece a Kosovo una bandera propia, selecciones deportivas pero no soberanía
Serbia le ofreció hoy a Kosovo una bandera, un himno, una fuerza policial, selecciones deportivas y oficinas de representación en el exterior propios, pero excluyó explícitamente la soberanía para su controvertida provincia, habitada por una mayoría de albaneses.
Según el texto del discurso del presidente serbio, Boris Tadic, Belgrado admite la enemistad histórica entra albaneses y serbios, e incluso muestra "comprensión" por el deseo de los albanokosovares al autogobierno.
En todo caso, Tadic descartó que Serbia acceda a la independencia de Kosovo, a la que ofreció una fuerza policial propia, oficinas de representación cultural y comercial en el exterior, así como selecciones deportivas propias.
"Serbia ofrece a Kosovo la mayor parte de competencias y símbolos que normalmente están reservados para países soberanos", señaló el presidente serbio en la apertura del segundo día de la ronda final de negociaciones sobre el futuro de la provincia.
Por eso, Belgrado se reserva el derecho sobre la política exterior, de seguridad y fronteriza de Kosovo, precisó Tadic.
Serbia excluye, además, la posibilidad de que Kosovo sea miembro de las Naciones Unidas, de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y del Consejo de Europa.
Desde hace dos años, las partes enfrentadas negocian sobre el futuro de Kosovo, sin haber acercado hasta ahora su posiciones.
Mientras que Belgrado ofrece un máximo de autonomía, los albanokosvares insisten en la plena independencia como única solución al histórico conflicto.
En la antigua Yugoslavia, los albanokosovares siempre tuvieron menos derechos que otras minorías étnicas, lo que a partir de los años 1980 causó violentas tensiones que desembocaron a final de los 1990 en una guerra entre guerrilleros albaneses y las fuerzas de seguridad serbias.
La OTAN intervino en marzo de 1999 y bombardeó objetivos en Serbia durante 78 días hasta que Belgrado accedió a retirar todas sus fuerzas de Kosovo y dejar la provincia en manos de una administración interina internacional.
Desde entonces, Kosovo espera una definición de su estatus final.
El actual proceso negociador, mediado por una troika internacional, debe terminar el próximo 10 de diciembre, para cuando el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recibirá un informe sobre las conversaciones.
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