Este artículo se publicó hace 14 años.
Un Serrat renacido canta a la vida de Miguel Hernández y mitifica su figura
La mirada sobre el mundo del poeta Miguel Hernández, sus anhelos, sus vivencias, sus amores y su punto de vista de una sociedad y una época salpicadas por alegrías, pero atosigadas por penurias, ha sido recuperada hoy por un revitalizado Joan Manuel Serrat en un concierto ofrecido en Valladolid.
El cantautor barcelonés (1943) ha presentado hoy en la capital vallisoletana su nuevo trabajo discográfico, "Hijo de la luz y de la sombra", en un recital dedicado de forma íntegra al poeta oriolense, en el que ha mezclado canciones de su nuevo trabajo con "Miguel Hernández", álbum que también le compusiera a esta figura de la literatura española en 1972.
Alternando la guitarra y el micrófono y haciendo sus característicos gestos con los que celebra, lamenta, indica, advierte o ensalza, Serrat ha exhibido en las tablas una mezcla de la lírica de los poemas de Miguel Hernández y la musicalidad añadida que les otorgan sus arreglos musicales, que ha culminado con los bravos del público que ha llenado el Teatro Calderón.
Para completar la atmósfera con la que envuelve sus conciertos, quien fuera uno de los pioneros de la "Nova canço" catalana se sirve en esta gira de unas pantallas que, según la canción, su mensaje y la evolución de su letra, se llenan de coloridos paisajes o días de lluvia, de serenos cuerpos desnudos o harapientos niños, de ciudades en guerra o entornos amigables.
Cineastas como Isabel Coixet, José Luis Cuerda, David Trueba, José Luis Garci, Moncho Armandáriz, Imanol Uribe o Bigas Luna son autores de estas imágenes.
Precedido en las tablas por su orquesta de piano, teclado, batería, guitarra y viola, Serrat ha aparecido en escena tras recitar unos versos de "Me llamo barro, aunque Miguel me llame" para interpretar "Tres heridas".
Tras avisar de que lo que seguía era un "concierto cerrado, que no admite intromisiones" de grandes éxitos o discos solicitados" y dedicado íntegramente a Miguel Hernández, el autor ha desplegado temas como "Del ay, al ay, por el ay", "La palmera levantina", "Las desiertas abarcas" o "El niño Yuntero".
"Que salga del corazón de los hombres jornaleros, que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros", han sido los versos que han concluido este último tema, que describe la duras condiciones a las que hombres y mujeres tenían que hacer frente en la época en la que vivió Hernández.
Y es que, en un concierto que recorre la infancia, la juventud, la madurez y el ocaso de Miguel Hernández, Serrat ha puesto voz a canciones que trasladan a la actualidad su realidad y suponen una selección de algunos de los temas que el poeta cultivó.
"El hambre", "Tres cartas son un vino", "Canción del esposo soldado", "Sólo quien ama vuela", "El mundo de los demás" o la desesperanzadora "Las nanas de la cebolla", con música de Alberto Cortez, han sido interpretadas en el concierto.
Tras una aclamada "Para la libertad", el cantautor, recuperado de los problemas de salud que ha arrastrado durante los últimos meses, ha puesto fin al concierto con "Historia conocida" y "Uno de aquellos", y ha abandonado el escenario con una rosa blanca que una de las incondicionales que hoy le ha acompañado le ha querido otorgar.
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