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Severiano dice que "la verdadera y única guerra es la lucha contra las enfermedades"

EFE

Severiano Ballesteros ha declarado que la verdadera y única guerra que debe existir en el mundo es la lucha contra las enfermedades para poder ayudar a las personas que las sufren.

"Las enfermedades no distinguen ni razas, ni ideologías, ni nacionalidades. Son el verdadero enemigo y nuestro máximo patrimonio es la salud", afirma Ballesteros en una entrevista exclusiva que publica hoy el diario "Marca".

Ballesteros fue operado hace seises meses de un tumor cerebral. Fue intervenido quirúrgicamente en cuatro ocasiones en apenas 15 días. Ahora se recupera en su casa de Pedreña (Santander), donde ofreció a la periodista Olga Viza su primera entrevista después de las operaciones.

El ganador de cinco grandes torneos de golf (dos Masters de Augusta y 3 British Open) y poseedor de 50 victorias en el circuito europeo aparece en varias fotografías con las muestras visibles de la enfermedad de la que se recupera.

Preguntado si le inquieta que esas imágenes se vean en todo el mundo, Ballesteros responde: "En absoluto. No me importa nada. ¡Es lo de menos!. Las heridas... son heridas de guerra".

Ballesteros, de 51 años, rememora el momento en que percibió que algo marchaba mal. Fue el 5 de octubre del pasado año en el aeropuerto madrileño de Barajas. Iba a la feria de golf de Alemania y había quedado en Madrid a comer con su hijo Miguel y su sobrino Iván. Se cayó en las escaleras mecánicas. Al llegar a la puerta del restaurante, volvió a marearse.

Conducido al hospital de La Paz, entró en urgencias, donde le detectaron el tumor. "Tienes una mancha grande y puede que lleve bastante tiempo ahí... Es un tumor, la suerte es que está en el lado derecho, haremos una biopsia para saber qué es", le dijeron los médicos.

El golfista español recuerda que de las cuatro operaciones, la más importante fue la tercera, el 24 de octubre, el mismo día en que murió su madre. Rompe a llorar por primera vez en la entrevista. La segunda, cuando supo el enorme apoyo popular que estaba recibiendo de todo el mundo.

"Me han contado que al acabar aquella operación los doctores dijeron que habían podido cumplir los objetivos que se habían marcado. Estuvieron sensacionales, la operación fue perfecta", indica Ballesteros en la entrevista.

"Seve" reconoce que lo peor fueron los post operatorios, que "fueron durísimos, ¡durísimos!". "Son muchas incomodidades, no es que tuviera dolores, el dolor es... interior", dice.

Ballesteros señala que se ha recuperado mucho, pero añade inmediatamente que sabe que es un proceso largo, que está luchando "para ganar" su sexto "grande".

Utilizando otro símil del golf, el deportista español declara que ya no se llama Seve Ballesteros, se llama Seve Mulligan, que en esa disciplina es "una segunda oportunidad". "Yo he tenido un 'Mulligan' en la vida. La prueba es que estoy vivo, que puedo hacer cosas, que hablo, que razono perfectamente. Si lo miro objetivamente... he tenido mucha suerte, la verdad".

Ha tenido algún que otro momento bajo. "Es cuando te despiertas por la mañana, no tienes ganas de salir de la cama y dices: "Dónde voy?". El problema viene cuando eres plenamente consciente de lo que pasa, ahí es cuando sientes mayor dolor interior", subraya.

Su padre fue tratado de la misma enfermedad en Estados Unidos, pero Ballesteros optó por ser atendido en España.

"El Hospital de La Paz es increíble. Tienen la tecnología más avanzada, la renuevan constantemente y los médicos son tan buenos como los americanos. Aquí también estamos preparados"; señala.

Mientras convalece, las muestras de solidaridad siguen llegando a sus oficinas. Cerca de 300.000 cartas y correos electrónicos se acumulan hasta hoy.

"Algún día echaré un vistazo a esos mensajes, a los que pueda, porque ahora mismo vivo en un mundo... Es como si viviera un mal sueño ¿sabes? No consigo vivir la realidad, lo veo todo distinto, difuso; es difícil de explicar, pero sé que todo es cuestión de tiempo".

Ha vuelto a dar algún golpe con los palos. Recibe mensajes de apoyo de sus colegas, como Sergio García, Manuel Piñero, y llamadas de otros deportistas, como Rafael Nadal; sabe que el Rey se ha interesado por su salud y que el Príncipe Felipe le dedicó un recuerdo en su discurso de los Premios Príncipe de Asturias, "un detalle maravilloso".

También entran muchos mensajes de Gran Bretaña y de Estados Unidos, donde cuenta con muchos admiradores. Su torneo favorito es el Open Británico, que ganó en 1979, 1984 y 1988.

"Fíjate si lo llevo en mi memoria que mi hermano Baldomero me ha contado que, al despertar de la anestesia de la primera operación, dije entre sueños: "El Open Británico hay que ganarlo el sábado" aunque parece ser que mis primeras palabras fueron: "Yo siempre gano".

"¡Este es el par 72 más largo del mundo!" y "hay que afrontarlo", afirmó Ballesteros.

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