Este artículo se publicó hace 15 años.
Un sexagenario obsesionado con las canciones redondas
Mark Knopfler llena de flautas, gaitas y cuerdas su nuevo disco, 'Get lucky'
Ahora la van las gaitas, las flautas y las orquestas. El hombre que dibujó algunos de los solos de guitarra eléctrica más populares de la historia (y sin púa) dormita ahora en el interior de una balada infinita de apacibles aires celtas.
Mark Knopfler, icono del rock de los ochenta, sex-symbol incluso, es ahora un cantautor sesentón que musita viejas historias de fogata de campamento.
Así se nos presenta en Get lucky (Universal), el disco que acaba de publicar y que presentó anoche en un exclusivo showcase en el Colegio de Médicos de Madrid.
"Lo único que me obsesiona es escribir un par de buenas canciones. Eso es todo, porque... no hay nada más", dijo el músico, dejando un trascendente halo de misterio con ese "no hay nada más" y enmarcándolo con una intencionada sonrisa.
Tiene apariencia de boxeador retirado. Su cuerpo es mucho más grande de lo que te esperas y sus rasgos son exagerados: rostro ancho, labios hinchados, pómulos carnosos... Cuando coge su iPhone con la mano en la que luce un dorado anillo de compromiso, lo hace tan lentamente que en lugar de Mark Knopfler parece el muñegote de Mark Knopfler. Es cálido y entrañable, como sus nuevas canciones, que muchos considerarán aburridas, pero otros emotivas y emocionantes. "Es como el mapa de una vida", dice de sus disco.
El piano de las emocionesKnopfler sabe que las canciones son importantes para la gente. Están hechas de esa sustancia misteriosa que atraviesa la piel y toca la tecla del sentimiento, que habilita una pista de aterrizaje en el desorden interno para poder permanecer sin huir.
"Hace poco me escribió alguien que había perdido un amigo en Afganistán. Decía que estaba bloqueado y que sólo podía llorar por su amigo escuchando mis canciones", relató el guitarrista, que destacó la importancia de no perder el contacto con la realidad. "Por eso suelo ir a un par de bares en Londres donde si alguien se tropieza con tu silla, eres tú el que le tienes que pedir perdón".
Knopfler aseguró que en su gira española, que pasará por Badalona, Córdoba, Santiago, Madrid, Bilbao y Gredos (Ávila) en 2010, tocará éxitos de Dire Straits.
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