Este artículo se publicó hace 15 años.
"El sexo es un elemento empaquetable de consumo"
David Barba. Escritor. Su último libro analiza el sexo desde el 'landinismo' a la actualidad
Cuando David Barba (Barcelona, 1973) escribió Confesiones de una estrella del porno a partir de las memorias de Nacho Vidal, ya estaba pensando en el giro que ha dado la sociedad en los últimos 30 años. Hoy vuelve sobre el tema con 100 españoles y el sexo (Plaza y Janés), libro de entrevistas que acaba de presentar en la Feria de Madrid.
Su libro reúne 100 reflexiones sexuales, desde Alfredo Landa a Valérie Tasso. ¿Por qué?
Los sociólogos aseguran que España ha dado el cambio social más pronunciado de toda la historia de la humanidad. Hemos pasado del franquismo represor a una posmodernidad donde conviven desde el edredoning de Gran Hermano al porno de saldo que emiten de madrugada.
¿Y cuál es su diagnóstico?
Creo que estamos viviendo un segundo destape. O será que nunca salimos del primero.
La ceremonia del porno, Sexografías, 100 españoles y el sexo... ¿Las editoriales tienen un plan para no dejar de ofrecer contenidos sobre sexo?
Creo que sí. Forma parte de ese segundo destape del que hablaba, en el que todos los ámbitos de la esfera humana se han mercantilizado, incluida la sexualidad.
Su libro plantea el dilema de la firma. Son 100 personalidades y es inevitable que el personaje devore a la persona
Quizá haya algo de fabulación en el relato de Luis Aguilé y sus 300 conquistas femeninas o, en Sánchez Dragó y Boris Izaguirre. Pero yo estoy dispuesto a creerlos porque son grandes seductores.
Leyes como la del matrimonio homosexual maquillan realidades opresivas, como el acoso en las aulas o la objeción de conciencia de los alcaldes. ¿Pecamos de triunfalistas?
Sin duda. Se ha pasado de la represión sexual por ocultación a una represión por sobreexplotación mediática. Si antes los represores eran los curas y los censores, ahora lo son los creativos publicitarios y los programadores de televisión, que dictaminan que la felicidad es una rubia tirada en un capó. Y digo que son represores porque venden un modelo cuadriculado de mujer ofrecida y de hombre macho.
El feminismo de los últimos 40 años se ha basado en una lucha de poder contra los hombres. ¿Le parece la mejor opción?
No. Para mí la vía es la educación en valores emocionales. Las generaciones anteriores a la mía llevan todo el peso del patriarcado, por lo que las mujeres han sufrido una castración social y los hombres, una castración emocional. No veo una empatía de las mujeres hacia esa parte emocional que se nos ha arrebatado a los hombres. Y tampoco veo que la solución para alcanzar la igualdad sea que la mujer se masculinice.
Los titulares que incluyen la palabra sexo son los más leídos en las ediciones digitales. ¿Qué opina del lío de faldas de Berlusconi?
Berlusconi es el Jesús Gil del porno capitalismo. Él y sus velinas son la herencia del integrismo católico.
¿Perdón?
Cuando la masa empresarial católica pierde los mínimos referentes de responsabilidad social y se traslada en masa al modelo neoliberal, pierde todos los escrúpulos. Berlusconi dice que es católico practicante, pero para él se acabaron las fronteras morales a la hora de cosechar poder y hacer dinero. El sexo y el cuerpo son ya elementos empaquetables de consumo. Él lo tiene clarísimo y su modelo televisivo es muy represivo porque censura la diversidad y encuentra una nueva obscenidad en los feos. El gran problema es que la diversidad se considera fea.
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