Este artículo se publicó hace 15 años.
El siglo XIX recupera su lugar en el Museo del Prado
El Museo del Prado recupera las obras de los grandes maestros españoles del siglo XIX, muchas de ellas relegadas en los últimos años, para darles un puesto de honor dentro de 12 nuevas salas que forman parte del proceso de reorganización interno de la pinacoteca.
154 pinturas y 22 esculturas -, algunas de ellas nunca expuestas, pasarán a formar parte de la colección permanente del museo para recorrer un itinerario histórico del arte español que irá desde el Románico hasta principios del siglo XX.
"Destierro y éxodo, son palabras muy graves, pero es lo que estas colecciones han sufrido", declaró José Luis Díez, jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX del Museo del Prado, durante la presentación el lunes en Madrid de la nueva ampliación, a la que el público podrá acceder a partir del 6 de octubre.
La apertura forma parte de un plan anunciado en marzo y denominado "La colección: La otra ampliación", que pretende reorganizar las obras de su colección permanente aumentando en 25 salas la superficie de exposición, aprovechando el espacio ganado con la ampliación arquitectónica diseñada por Rafael Moneo inaugurada en 2007.
"Es un momento muy oportuno para mirar con justicia esta secuencia del arte español", afirmó el director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, durante una rueda de prensa en Madrid, en la que afirmó que por fin estas obras han encontrado su sitio tras la creación de nuevos espacios y de finalizar en septiembre la exposición de Joaquín Sorolla.
El recorrido de la nueva colección se articula cronológicamente y arranca en la galería central de la planta baja, con el epígrafe "Goya. Neoclasicismo y Clasicismo Académico", a la que siguen salas dedicadas al Romanticismo, a la Pintura de Historia y a Joaquín Sorolla, y pasar por obras de Federico de Madrazo, Eduardo Rosales, Fortuny y Rico o Antonio María Esquivel.
Para Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservación del museo, la nueva colección supondrá para el público español la recuperación de un capital importante del arte dentro de la historia del país, mientras que para el internacional tratará de llenar el concepto existente de vacío entre el período que va de Goya a Picasso.
Según Finaldi, las nuevas colecciones no son ajenas al museo, sino parte integrante de él, e incluso algunas se produjeron en el interior del edificio original, que también data del siglo XIX.
"Para nosotros se sienten ya en su casa", afirmó.
Las obras del siglo XIX vuelven a verse así de forma permanente después de un periplo que las llevó desde el Prado hasta el Museo de Arte Moderno, para volver de nuevo al Prado, donde algunas permanecieron guardadas.
La colección se ha incrementado también con nuevas incorporaciones recientes como "El coracero francés", de José de Madrazo; "Penitentes en la Basílica inferior e Asís", de José Jiménez Aranda; o "La niña María Figueroa vestida de menina", de Sorolla.
En los próximos meses, la pintura medieval y renacentista española seguirá completando la ampliación de la pinacoteca madrileña.
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