Este artículo se publicó hace 16 años.
Siniora dice que nunca declarará la guerra a Hizbulá pero pide al Ejército que despeje las calles
El primer ministro libanés, Fuad Siniora, dijo hoy que su Gobierno "no ha declarado la guerra ni nunca lo hará" al grupo chií Hizbulá, pero instó al Ejército a que "cumpla con sus responsabilidades y despeje las calles de hombres armados".
En un discurso a la nación desde el Palacio de Gobierno en Beirut, Siniora pidió a Hizbulá un diálogo "sin condiciones previas", que deberá ser patrocinado por una "parte neutral".
El discurso de Siniora es su primera aparición pública desde que el pasado miércoles comenzaron los enfrentamientos entre miembros chiíes de la oposición encabezada por Hizbulá y partidarios suníes de la mayoría pro-gubernamental, que hasta el momento ya han causado al menos 27 muertos y más de 100 heridos.
El grupo chií se hizo ayer, viernes, con el control total de las calles del oeste de Beirut, de mayoría musulmana, mientras el Ejército ha permanecido hasta el momento al margen de los choques, para mantenerse como una institución neutral.
Siniora abrió la puerta a una revocación de la decisión de su Gobierno de acabar con la red de telecomunicaciones de Hizbulá, que este grupo considera una declaración de guerra, porque "todavía no es oficial" y debe ser traslada al mando del Ejército para que decida sobre su aplicación.
"Apelo al Ejército a que imponga el imperio de la ley y que haga que los hombres armados abandonen las calles y devuelvan la normalidad a la capital", dijo en su intervención Siniora, quien combinó duras palabras hacia Hizbulá con ofertas de diálogo.
"Cualquier persona que lleve un arma en la calle será considerada un delincuente", añadió.
El primer ministro considera que la toma de la zona oeste de Beirut es "un golpe militar" y acusó a Hizbulá de "hablar de paz y practicar la guerra".
"Nuestro verdadero enemigo es Israel", aseveró en varias ocasiones Siniora, quien subrayó que "es Hizbulá quien tiene un problema con el Líbano".
Siniora aseguró que Siria, país al que se acusa de apoyar a Hizbulá y que ocupó el Líbano durante casi 30 años hasta 2005, es un "estado hermano" con el que su Gobierno quiere "una relación proporcionada, basada en los intereses mutuos y la amistad".
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