Soberano 'déjà vu'

"La decisión de compra de bonos estatales por parte del BCE alivia la presión sobre España". Este titular podría ser de hoy pero realmente corresponde al 10 de mayo. Sustituyendo algunas palabras y números, como "Grecia no es España" y "la prima de riesgo española llegó a 171 y ha bajado a 96 puntos", podría reutilizarse el artículo sin merma de actualidad.

Ayer, el BCE anunció que mantendrá la barra libre de liquidez y que expandirá el programa de compra de deuda soberana para evitar el contagio de la crisis irlandesa. Eso sí, Trichet fue muy cuidadoso en señalar que las operaciones de compra de deuda serán "esterilizadas" retirando liquidez. Mientras siga la barra libre, esta coletilla es irrelevante. Pero Alemania obliga y debía quedar claro que esto no suponía una expansión cuantitativa al estilo de la Reserva Federal.

El hecho de que Trichet no quisiera soltar prenda sobre la cantidad que el BCE piensa comprar, y que no se incluyeran operaciones de liquidez a seis meses, enfadó momentáneamente a los mercados, aunque finalmente se recuperaron. Las cantidades esperadas eran simplemente astronómicas frente a los 67.000 millones de deuda soberana comprada desde mayo.

Resulta paradójico que los mercados, que se supone miran hacia el futuro, hayan tomado con tanta alegría el anuncio. En el futuro del BCE parece estar Axel Weber, presidente del Bundesbank. Weber ya se mostró en contra de la compra de deuda soberana de mayo argumentando que el BCE vulneró su mandato. Por tanto, o los mercados asignan una menor probabilidad a que Weber sea presidente, o creen que en octubre de 2011 se habrán resuelto los problemas.

El niño europeo, como el norteamericano, donde el mercado de títulos hipotecarios se mantiene por el soporte público, se ha vuelto a caer al quitarle las dos ruedas laterales de la bici. El BCE se las ha vuelto a poner, esperando que crezca y poder quitárselas definitivamente. Pero ¿y si no crece? ¿Y si el problema es que la rueda delantera notiene aire? Al ritmo que llevamos, el niño podría llegar a los 30 con las ruedas supletorias, siempre que Weber no sea su padre y que queden países por salvar.