Este artículo se publicó hace 16 años.
Los socialistas franceses celebran un congreso tenso
Las facciones rivales acudían el sábado a un congreso lleno de resentimiento para hacerse con el control del Partido Socialista francés y elegir un líder capaz de desafiar al presidente, Nicolas Sarkozy.
Ségolène Royal, que perdió ante Sarkozy el año pasado, se presenta como candidata a la secretaría, pero sus rivales, que la culpan por la tercera derrota de su partido en las elecciones presidenciales, están envueltos en unas conversaciones tortuosas para tratar de encontrar una alternativa.
El riesgo es alto para los socialistas, que han estado tan ocupados discutiendo entre ellos mismos que han perdido credibilidad como fuerza de oposición a un presidente que tiene un perfil alto en la política exterior y nacional.
"Ustedes están todos a favor de la unidad del partido, pero unidad sólo detrás de ustedes y sus posiciones", les reprendió el secretario saliente François Hollande en su discurso de inauguración del congreso en la ciudad de Reims, en el este del país.
La presión se da en cómo producir un líder de partido y una línea política clara, o los socialistas se arriesgan a perder más votantes y otras elecciones presidenciales en 2012. Algunos partidarios han expresado su temor incluso a que el partido pueda dividirse.
También está dividido al nivel de los votantes de base, como quedó patente en la votación pre-congreso de los miembros del partido la semana pasada que votó las candidaturas, y que tampoco dio una ventaja significativa a ninguno de los rivales.
La candidatura de Royal se situó por delante con algo menos del 30% de los votos, mientras que el alcalde de París, Bertrand Delanoe, obtuvo el 25%, y Martine Aubry, una ex ministra conocida por lanzar la ley de las 35 horas laborales semanales también obtuvo un 25%.
Otro líder más joven, situado a la izquierda del partido, Benoit Hamon, obtuvo un 19%.
QUERIDA POR LOS MEDIOS
Estos resultados supusieron un impulso sorpresa para Royal, que iba por detrás en los sondeos de opinión, y ponen la responsabilidad sobre ella para intentar forjar una alianza que se haga cargo del partido.
Pero Royal despierta fuertes pasiones. Estilosa y querida por los medios, tardó 20 minutos en salir del coche cuando llegó al congreso debido a la presencia de cámaras y fotógrafos a su alrededor.
Su campaña presidencial del año pasado le dio fama internacional, pero muchos socialistas la acusan de falta de profundidad y consistencia. Incluso el líder saliente Hollande, ex pareja de Royal, ha respaldado a Delanoe antes del congreso.
"Ella es una estrella de los medios pero no tiene consistencia. Me sentiré desdichado si sale victoriosa de este congreso. El partido luchará por recuperarse porque muchos miembros no lo aceptarán", dijo el activista Yannick Guillemaud en el congreso.
La renovación del liderazgo de los socialistas es un proceso complejo en tres etapas. Primero se votan las candidaturas. Después el congreso produce una línea política de consenso y el líder se somete a una votación de los miembros del partido el 20 de noviembre.
El congreso ha visto como una serie de interlocutores tomaban el escenario para impartir discursos contra Sarkozy. Pero la acción real tiene lugar a puerta cerrada en las reuniones entre los equipos de Royal, Delanoe, Aubry y Hamon, que se enredan en discusiones bizantinas sobre alianzas.
Royal se arriesga a ser apartada por un frente "cualquiera menos Ségolène", pero si tiene éxito en forjar una alianza con credibilidad, estará en una buena posición para el 20 de noviembre.
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