Martine Aubry ganó las disputadas primarias socialistas por un margen más amplio que el reconocido previamente, informó el martes una comisión del partido, asestando un nuevo revés a las esperanzas de Ségolène Royal de encabezar la oposición francesa.

Royal, la candidata socialista a las elecciones presidenciales del año pasado, se ha negado a reconocer el resultado de la votación del viernes de los 233.000 afiliados al partido después de que Aubry fuera declarada victoriosa por tan sólo 42 votos.

Se creó una comisión socialista para esclarecer las acusaciones de los partidarios de Royal de que la votación estuvo amañada y con irregularidades, pero tras dos días de trabajo, anunció que Aubry en realidad derrotó a Royal por 102 votos.

El Consejo nacional, máximo órgano socialista, debe reunirse el martes para ratificar el resultado.

Royal ha solicitado una nueva votación para elegir al secretario general, diciendo que había demasiadas dudas sobre la original, pero altos cargos dicen que es poco probable que la jerarquía del partido acceda a su demanda.

Aubry, arquitecta de la ahora difunta jornada laboral de las 35 horas, se proclamó ganadora el fin de semana e instó al fracturado partido a unirse en torno a ella.

Algunos socialistas han advertido que el partido podría romperse debido a la disputa, que se basó tanto en su odio personal como en sus diferencias ideológicas, pero la propia Royal dijo el fin de semana que no tenía intención de abandonar la formación de izquierdas.

Los partidarios del presidente Nicolas Sarkozy apenas pueden esconder su regocijo por los problemas que atraviesan los socialistas, que posiblemente distraerán a la oposición en los próximos meses allanando el camino para que el Gobierno de centro-derecha avance en su programa de reformas.