Este artículo se publicó hace 16 años.
Sofocos predirían el éxito de fármacos contra el cáncer de pecho
Por Michael Kahn
Un grupo de expertos informó el juevesque los sofocos, la sudoración nocturna o el dolor articularserían buenas noticias para las mujeres que toman medicamentoshormonales para tratar el cáncer de mama: esto significaría quesus tumores son menos propensos a reaparecer.
Las mujeres con alguno de estos síntomas, similares a losde la menopausia, luego de consumir el fármaco para el cáncerde mama de AstraZeneca llamado Arimidex o tamoxifeno eran un 30por ciento menos proclives a tener recurrencia tumoral en lossiguientes nueve años, revelaron los autores.
"El tratamiento está diseñado para privar a los potencialescánceres del estrógeno y esos síntomas implican que hay menoresniveles de estrógeno en el organismo", dijo Jack Cuzick,epidemiólogo de Cancer Research UK, quien dirigió el estudiopublicado en la revista Lancet Oncology.
"Pero es demasiado pronto para decir si presentar estossíntomas es esencial para que el tratamiento sea efectivo. Porel momento, todo lo que podemos decir es que los síntomasindican el posible éxito del tratamiento", señaló el experto.
Los tumores mamarios son la principal causa de muerte porcáncer entre las mujeres en todo el mundo, según la SociedadEstadounidense del Cáncer. El grupo estima que alrededor de465.000 mujeres murieron de cáncer de pecho en todo el mundo enel 2007 y que se diagnosticaron 1,3 millones de nuevos casos.
La disminución de las tasas de muerte por cáncer mamario enlos países desarrollados se ha atribuido a la detecciónmediante mamografías y a las mejoras en el tratamiento.
Los investigadores observaron a más de 4.000 mujeresposmenopáusicas tratadas con Arimidex, conocido genéricamentecomo anastrozol, o con el antiguo fármaco contra el cáncertamoxifeno.
Arimidex es uno de los medicamentos de la nueva clasellamada inhibidores de la aromatasa.
Las participantes que informaron tener sofocos, sudoraciónnocturna o dolor en las articulaciones dentro de los tres mesesde tratamiento eran más proclives a permanecer libres delcáncer y esos efectos colaterales tempranos también habríanayudado a los médicos a dirigir más efectivamente la terapia.
"Nuestro principal mensaje es: si no hay dolor, no haybeneficio", dijo en una entrevista telefónica Ivana Sestak,investigadora de Cancer Research UK, quien trabajó en elestudio.
Sestak añadió que los expertos desconocen por qué algunasmujeres respondieron de manera distinta, pero creen que lagenética sería la explicación, dado que cada persona metabolizalos fármacos que reducen el estrógeno de una forma diferente.
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