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Solá recupera la Argentina de los 50 con una "absurda" historia de amor en el Infanta Isabel

EFE

"Un hombre solo", "Bla, bla, bla" y "Enamorado" fueron algunos de los títulos que el argentino Miguel Ángel Solá y su "barra" sopesaron para titular la "comitragedia telefónica" que estrenan hoy, pero se decidieron por el "más absurdo": "Como por un tubo", es decir "a la velocidad de la luz".

Solá, que vuelve a la escena tras el éxito de "Por el placer de volver a verla", ha explicado, acompañado de Graciela Baquero, Daniel Giménez y Carlos Morera, un proyecto que nació en 1983 en Argentina cuando se dieron de bruces con la memoria vital de un empleado municipal, Alberto Carlos Bustos.

Bustos, del que no saben cuándo falleció ni datos biográficos que él no se ocupara de reflejar en sus "monumentales" memorias, "Vida, Obra, Sexo y Arte de Alberto Carlos Bustos, Municipal y Pájaro", nació en un barco, "El indestructible", en 1900, hijo de un pintor de fachadas que remataba sus obras con un dibujo en el punto más alto y al que él vio morir al caer del andamio.

El trabajo de Bustos para la ciudad consistía en reponer el empedrado pero él también quiso dejar su impronta artística y, a partir de la tonalidad de las baldosas, algo que él bautizó como "adoquinado pictórico plano", dejó por Buenos Aires 293 "obras".

Solá (Buenos Aires, 1950) y sus compañeros, la cooperativa "igualitaria con desmedido afán de lucro jamás satisfecho" "La típica en leve ascenso", hallaron los cientos de folios de "testamento" de Bustos y decidieron dramatizarlo, producirlo e interpretarlo, lo que han hecho ya en 17 versiones anteriores.

La que estrenan hoy en el Teatro Infanta Isabel, donde se representará solo los martes, hace la 18 y se titula igual que la 17 porque, se han reído, no encontraron mejor título.

La historia es "radioteatro" en vivo, un homenaje a la década "gloriosa" de los años 50 en Argentina, el país, han recordado, que tuvo la primera radio del mundo -que emitía desde la terraza de un teatro- porque "era obligado" para "tender puentes" en una nación con 3 millones y medio de kilómetros cuadrados.

"Como por un tubo" -teléfono en lunfardo, la jerga porteña- acontece en un teatro que está transmitiendo una ficción por la radio a la vez que es un día en la vida de Bustos, un hombre que se casa, le regala unos rulos eléctricos a su mujer que la electrocutan y él, como reacción, pierde la memoria y tiene que "reconstruirse".

"Es una obra que cuenta todo lo que le pasa a una persona que ha sido abandonada. Es la historia de amor absurdo de un pintor, un poeta y un compositor, dispuesto a teñir de colores la 'grisura' de lo municipal y responder a cada frustración con un acto creativo", ha explicado Solá.

El traslado a la dramaturgia de esa increíble peripecia vital ha sido complicado pero el resultado es, asegura, "sencillo, hecho para reír, pensar, soñar y llorar".

La gallega Graciela Baquero, "la única española convencida" de la cooperativa, ha subrayado que, a pesar, de la "argentinidad" de la obra, su humor es "muy sutil y abierto" y que atiende "a la memoria emotiva", tan "entendible" en todo el mundo.

Con esta nueva versión, que han ensayado también en ocasiones "por un tubo", es decir, por teléfono, estarán en el teatro "lo que quiera la gente", ha asegurado Solá, "ni total ni parcialmente recuperado" aún, ha bromeado, del grave accidente doméstico que le provocó una grave lesión facial en enero del año pasado.

El actor debutará como director, el 14 de marzo en el Fernán Gómez, con "Antes te gustaba la lluvia", de Lot Vekemans, que va a protagonizar su esposa, Blanca Oteyza, su "mamá" en "Por el placer de volver a verla".

Concha Barrigós.

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