Este artículo se publicó hace 16 años.
Soler deja su cargo sin títulos, en situación convulsa y con el nuevo Mestalla en marcha
Juan Soler dejó hoy la presidencia del Valencia después de casi tres años y medio al frente de la entidad en una época en la que el equipo no ha logrado título alguno, con una gestión que ha derivado en una situación institucional convulsa pero con el nuevo estadio de Mestalla en marcha como mejor legado.
Soler accedió a la presidencia el 5 de octubre de 2004, después de que en junio de ese mismo año adquiriese los títulos del entonces máximo accionista y ex presidente Francisco Roig y se enrolase ya en el consejo de administración del club.
La construcción de un nuevo estadio dotado de las últimas tecnologías para reemplazar al viejo Mestalla ha sido el estandarte de Soler, quien también inició las gestiones para una nueva ciudad deportiva, si bien este proyecto se encuentra inmerso en un proceso mucho más lento.
Sin embargo, la alargada sombra de una reciente etapa gloriosa con seis títulos conseguidos ha pesado como una losa para Soler, quien lejos de dar continuidad a ese periodo deja el club con el equipo en la novena posición de la Liga y eliminado de la Liga de Campeones, aunque inmerso en las semifinales de la Copa del Rey.
Poco después de la llegada de Soler el rumbo del Valencia se torció y la ausencia de la estabilidad deportiva ha sido la nota predominante casi desde su llegada, puesto que en estos casi tres años y medio el club ha contado con cuatro entrenadores y hasta con cinco directores deportivos.
La traumática marcha de Benítez, que se fue tras dos títulos de Liga y una Copa de la UEFA, fue solventada con la contratación de Claudio Ranieri, un técnico al que se consideraba como la primera piedra de los últimos éxitos del club.
Aunque el fichaje de Ranieri se produce antes de su llegada a la presidencia y con la fuerza que le otorgaba sus acciones, Soler ya contaba con poder de decisión en el club y de hecho participó, en calidad de vicepresidente, en la contratación del técnico italiano en julio de 2004.
En la misma temporada de su llegada, Soler destituyó a Ranieri y dio el mando del equipo a Antonio López, segundo entrenador con Benítez y al que al igual que al entrenador italiano se le concedió también la dirección deportiva de la entidad.
Aunque López empezó bien, el efecto rehabilitador del entrenador cordobés apenas aguantó unos partidos y al término de la temporada se desvinculó de un club que buscaba un técnico con un patrón similar al del "añorado" Benítez.
El elegido fue Quique Sánchez Flores, un técnico con un amplio pasado valencianista como futbolista y que había ofrecido buenas sensaciones al frente del Getafe en su primera temporada como entrenador de Primera División.
En su primer año, logró clasificar al equipo tercero en la Liga en una campaña en la que no pudo jugar en Europa al quedar eliminado de la Copa Intertoto.
A pesar de que la temporada generó algunas dudas, Quique también lideró el proyecto 06-07, en el que alcanzó la cuarta plaza de la Liga y cayó en los cuartos de final de la Liga de Campeones, ante el Chelsea inglés y en los octavos de la Copa del Rey frente al Getafe.
Al final de esa temporada, la figura de Quique ya comenzó a generar dudas en el club por la imagen de irregularidad del equipo y al final fue destituido esta campaña cuando las cifras y la clasificación del equipo podían considerarse aceptables, pero con un juego pobre y cuando estaba muy cuestionado por la afición.
Tras la marcha de Quique, el club que presidía Soler apostó por el holandés Ronald Koeman que, sin embargo, no ha conseguido enderezar la marcha del equipo e incluso ha empeorado la clasificación y los números logrados con el madrileño en la primera parte de la temporada.
Pero si el Valencia ha tenido cuatro entrenadores con Soler, tampoco anda corto de directores deportivos, ya que junto a Ranieri y Antonio López que compaginaron el cargo con el de entrenador, el club también tuvo a Javier Subirats, Amedeo Carboni y a Miguel Ángel Ruiz.
Tras la marcha de Ranieri y Antonio López, el Valencia quiso recuperar en la dirección deportiva a Javier Subirats, al que se le considera otro de los artífices de los últimos títulos, aunque al final de la temporada 05-06 fue relevado de su cargo.
Soler depositó en julio de 2006 su confianza en Amedeo Carboni, futbolista que había colgado las botas el 30 de junio de ese mismo año para hacerse con la máxima responsabilidad deportiva del club, decisión que sorprendió por la inexperiencia del italiano.
Precisamente, la falta de experiencia fue el argumento principal esgrimido por Soler once meses después para justificar la destitución de Carboni, al que reemplazó esta campaña Miguel Ángel Ruiz, que llegó al Valencia tras un tiempo desconectado de la dirección deportiva de un club de fútbol.
Pero además, Soler tuvo que mediar en el claro enfrentamiento entre Carboni como director deportivo y Quique como técnico y ver su imagen y la del club dañada recientemente debido al juicio por la demanda presentada por el ex capitán David Albelda tras ser apartado del equipo por Koeman.
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