Este artículo se publicó hace 16 años.
"La solución es tratar al maltratador"
Rosa María Garriaga. Directora de la Fundación AGI
¿Cómo nacen los programas para maltratadores?
En 1996 empezaron a venir al centro muchas mujeres con este problema. Decían que querían acabar con el infierno que vivían sin separarse. Nos pusimos a estudiarlo viendo trabajos previos llevados a cabo en Canadá y, también, la obra de Enrique Etxeburua, en Euskadi. El primer programa lo dimos en 1999. Somos pioneros en España.
¿Tuvieron buena acogida?
Fuimos muy criticados con el argumento de que si no hay recursos para las víctimas, aún menos para los agresores. Pero habíamos percibido que hay hombres que maltrataban sucesivamente a todas sus parejas. En esos casos, la solución es tratar al maltratador.
¿Hubo resultados?
A los hombres que vienen por propia voluntad se les hace un seguimiento y, en general, no reinciden y cambian su visión de qué han hecho. Con el cambio del Código Penal, Justicia nos pidió que hiciéramos el tratamiento como medida penal alternativa.
¿Es igual de efectivo?
Al principio, entendíamos que, si no hay voluntad de cambiar por parte del maltratador, era difícil. Pero para nuestra sorpresa, los resultados fueron buenos. Hay casos en que, después de venir obligados por un juez, han vuelto como voluntarios.
¿Cuánto afecta el entorno en que se hace el curso?
Entendemos que el contexto sociológico es clave y puede modificar las conductas. Calculamos que un 95% de los que hacen el curso voluntariamente cambia su percepción de la vida de pareja, pero en medidas penales y presos es más difícil.
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