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"La sombra del reino" maquilla con política una trama de acción convencional

EFE

Dos ganadores del Óscar, Jamie Foxx y Chris Cooper, y los ecos de rigor narrativo de Michael Mann en la producción, se esfuerzan por dar categoría a "La sombra del reino", una película de acción ambientada en Arabia Saudí que lucha en vano durante todo su metraje por ocultar su vacío argumental.

Flanqueada por unos espectaculares títulos de crédito que resumen las relaciones entre Arabia Saudí y Estados Unidos en los últimos setenta años y por un mensaje final supuestamente crítico, "La sombra del reino", que se estrena este fin de semana, habría acumulado muchos puntos a su favor si hubiera aceptado con honestidad su vocación: la de cinta de acción convencional.

Como tal, cumple los requisitos del género: Simplifica una situación política de ardua comprensión, hace uso y abuso de un considerable y variado arsenal y se despreocupa por las verdades históricas para centrarse en un patriotismo elemental.

Pero si bien a veces hay que asumir que una película, guste o no a los más puristas, está dirigida a un sector al que satisface ampliamente, lo que pesa sobre una losa en "La sombra del reino" es su pretensión de ofrecer calidad, su énfasis en la estética independiente y su impostura en el tono de solemnidad.

Peter Berg, cineasta y actor que un día fue políticamente incorrecto con "Very Bad Things" (1998), dice inspirarse en el atentado contra las Torres Khobar, en la localidad del mismo nombre en Arabia Saudí que, el 25 de junio de 1996, perpetró la rama saudí de Hezbolá y que se cobró 19 víctimas estadounidenses, una idea que maduró en sus mecanismos creativos y se impulsó por el 11-S.

El inicio plasma con maestría un demoledor (y ficticio) atentado suicida en el que fallecen más de cien personas en Riad. Pero tras él, Berg considera que ya ha cubierto el cupo de muertes en la población estadounidense y le concede en el resto del metraje inmunidad ante explosiones, misiles y bazocas, que dan a la película apariencia de frenesí, pero en realidad componen un filme simplemente farragoso.

Todo lo explosivo que prometía "La sombra del reino" es puro fogueo y el "horror vacui" de presentar innumerables personajes, escenarios y organizaciones internacionales trasluce las coordenadas básicas de un enfrentamiento entre buenos (un equipo de elite del FBI) y malos (los terroristas islámicos).

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