Este artículo se publicó hace 15 años.
Soñar con ser del 'Estu' suma puntos en el cole
El IES Ramiro de Maeztu admite antes a los alumnos que jueguen al basket
Lucía tiene 11 años y estudia en el colegio público Ramiro de Maeztu de Madrid. Es hija única, sus padres y abuelos no estudiaron en ese centro, la renta no presenta ningún tipo de disminución y su familia no roza el umbral de la pobreza. Nada en su breve biografía le beneficia para obtener una plaza en Secundaria en el instituto de su mismo centro. Ni siquiera cuenta que saque sobresalientes. Sus padres quieren que estudie con el alemán como primer idioma pero el Instituto no tiene plazas para todos los que han solicitado esta opción. Uno de los criterios de selección impuesto por el centro ha indignado a los padres: "Ser jugador federado del club Estudiantes".
"¿Qué culpa tiene mi hija de hacer esgrima?", lamenta el padre de Lucía (nombre ficticio). Su única culpa es pertenecer a un colegio en el que el baloncesto es prácticamente "una religión", como califica el afectado.
El baloncesto en el Ramiro es "prácticamente una religión"El Club de Baloncesto Estudiantes comparte instalaciones con el Ramiro de Maeztu desde la década de los 40. Desde entonces, el deporte y los alumnos han ido de la mano para beneficio de la entidad educativa y de la deportiva, que cuenta con la cantera de jugadores más grande de España.
El criterio de admisión que prima a los alumnos que juegan al baloncesto está avalado por la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid y el consejo escolar del centro, donde los padres también están representados. Fuentes del instituto aseguran que su intención no es discriminar a ningún alumno sino beneficiar la relación con el club. Además de la proximidad, la renta de los padres, las posibles discapacidades o enfermedades o el tener hermanos en el centro, los institutos pueden crear un criterio aparte de admisión de "libre disposición". El Ramiro de Maeztu da puntos a los que hayan participado en los equipos del Estudiantes.
Las chicas, las más afectadasLos centros pueden establecer un solo criterio de admisión de alumnosLos padres de Lucía añaden un componente machista a la crítica: aseguran que los ocho estudiantes que no han obtenido plaza en Secundaria en alemán son chicas. "Sucede por no primar también la esgrima u otras actividades en las que participan más niñas", critican. Sin embargo, en el colegio desmontan esta tesis: "Hay muchas alumnas jugando. Este año incluso han ganado a los chicos en las competiciones", explican fuentes del centro.
"Lo puedo entender como criterio para acceder al centro, pero no para continuar", reclama el padre. Fuentes del colegio aseguran que el caso concreto de Lucía será tratado en la próxima reunión del consejo escolar a pesar de que sus padres han matriculado a la niña en otro centro. "Hemos perdido la confianza en el centro", aseguran.
El Instituto les llegó a ofrecer una vacante surgida tras la renuncia de otro alumno, pero los padres de Lucía ya tenían la decisión tomada: "Podemos entender que se le den ayudas a los que las necesiten pero no que se les den privilegios", reflexiona el padre para denunciar la injusticia en el reparto de plaza que impone, en su opinión, la Comunidad de Madrid. "Retiran becas de comedor a niños que necesitan ayuda, como los celiacos, y para compensar les dan privilegios para optar a una plaza. Es injusto", argumenta.
El club profesional de baloncesto se mantiene al margen y asegura desconocer el caso.
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