Este artículo se publicó hace 15 años.
El SPD alemán sale al ataque tras el rechazo de los liberales
Por Noah Barkin
El Partido Social Demócrata alemán pasó el lunes a la ofensiva, al día siguiente de sufrir una afrenta a sus esperanzas electorales, advirtiendo a los votantes que un gobierno de centroderecha dirigido por Angela Merkel dañará los derechos de los trabajadores.
El candidato a canciller del SPD, el ministro de Asuntos Exteriores Frank-Walter Steinmeier, vio sus reducidas opciones de desbancar a Merkel debilitadas el fin de semana, después de que el partido Demócratas Libres (FDP, por sus siglas en alemán) rechazara formar una coalición con ellos.
El SPD, que está detrás de los conservadores en las encuestas por un amplio margen, tenía expectativas de formar alianza con el FDP y los Verdes en una llamada coalición "semáforo" que podría haber evitado un segundo mandato de Merkel en las elecciones previstas para el próximo domingo.
Pero con esa opción aparentemente descartada, Steinmeier realizó una rueda de prensa en Berlín en la que instó a los votantes a negar a los conservadores una coalición con el FDP, como hicieron hace cuatro años.
"En 2005, los conservadores y el FDP ya estaban repartiéndose los puestos del gabinete antes de las elecciones", declaró Steinmeier. "Al final, el resultado fue diferente y ese también será el caso esta vez".
Steinmeier advirtió que un gobierno de centroderecha desmantelará los derechos laborales, extenderá la energía nuclear y convertirá a Alemania en un país de trabajadores temporales.
De este modo utiliza la misma táctica de aterrorizar a los votantes que el ex canciller del SPD Gerhard Schröder usó en los últimos comicios para lograr un repunte en el último momento y quedar a escasa distancia de la CDU, el partido de Merkel.
La mayoría de los sondeos muestran que la canciller se dispone a lograr su coalición preferida, que buscaría reducir los impuestos y reducir el papel del Estado en la economía.
Pero cualquier pérdida de apoyo en la semana final de la campaña podría arruinar esas esperanzas y obligarle a formar una nueva "gran coalición" con el SPD que según algunos analistas podría resultar menos estable y armoniosa que en estos cuatro años.
MERKEL VA POR LO SEGURO
Consciente de esto, Merkel va por lo seguro, evitando nuevas promesas electorales.
El miércoles y jueves asistirá a la cumbre del G20 en Pittsburgh con la esperanza de que sus fotos con el presidente estadounidense Barack Obama y otros dirigentes mundiales recuerden a los alemanes su papel en la escena internacional que le valieron el apodo de "Gipfelkönigen", o Reina de las Cumbres, en 2007.
La campaña electoral alemana ha sido calificada por los medios como aburrida, en gran parte porque las diferencias políticas entre Merkel y sus rivales del SPD se han vuelto menos pronunciadas tras cuatro años de gobernar juntos en la coalición.
Pero las diferencias que aún existen, sobre todo en política fiscal y energética, hacen que el resultado del domingo sea crucial para la economía alemana, que está emergiendo de su peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial.
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