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Spiritualized aguanta el tipo en la segunda jornada del Primavera Sound

EFE

Sin cifras oficiales en la mano, el festival Primavera Sound ha aguantado hoy el tipo en cuanto asistencia en su segunda jornada, en la que Spiritualized, la banda de Jason Pierce, ha brillado con un concierto casi conceptual en el que sus ángeles y demonios se han dejado ver en el escenario.

Ya sin la competencia de la masiva "rúa" que ayer agasajó a los "héroes de Roma" (no es necesario dar nombres) por las calles de Barcelona, la sesión vespertina del festival ha tenido hoy algunos momentos brillantes.

La británica de origen pakistaní Natasha Khan, única integrante de Bat for lashes, ha sabido aprovechar el vacío de poder que había a media tarde en el recinto del parque del Fórum para convertirse en la principal atracción, con entregas de sus dos discos, el "Fur and Gold" que la puso en el mapa hace un par de años, y los más recientes de su "Two suns".

Ataviada con un ajustado mono rallado, la cantante de Brighton parecía una pantalla codificada. Su voz era clara, incluso demasiado, ideal para el fondo de un "chillout", aunque a otros les podía recordar a epígono de artista finlandesa.

En algunos momentos, ha buscado la intimidad, sentándose ante teclados que sonaban a clavecín, junto a una lámpara de flecos roja, innecesaria, porque a esa hora el sol de mayo picaba todavía. Sorprende que esta exótica joven no sea más conocida en España. Lo tiene todo para triunfar, y canciones como Sarah o What's a girl to do?, respaldan esta idea.

El escenario Rockdelux -por el que han pasado unos tempraneros Magnolia Electric Co, como aperitivo de la actuación de mañana de Neil Young- ha congregado al mayor número de espectadores y ha sido para ver a los Spiritualized, que tras su paso por el Primavera en 2007, han vuelto para presentar "Songs in A&E", una revelación en forma de canciones que Jason Pierce tuvo tras una enfermedad.

Actuación conceptual de estos norteamericanos, que ha comenzado con un himno espiritual a guitarra, y en el que el líder y vocalista, y las chicas del coro, a un lado, iban de blanco y el resto de la banda, al otro, de negro. ¿Casualidad? o reflejo del cielo y el infierno que vivió Pierce.

Las Vivien Girls, un trío neoyorquino de actitud punk, han cumplido con el guión -al igual que los Crystal Stilts que les habían precedido en el escenario Pitchfork- y han desmenuzado los temas de su único larga duración, canciones cortas y cortantes, hechas para bajo, guitarra y batería. Nada más, bueno sí, no han podido evitar felicitar al Barça, como han hecho otras bandas a lo largo del festival.

En el escenario ATP, los trapenses de 'Sunn O))' levantaban el telón de acero sonoro de su "The Grimmrobe Demos", un oscuro experimento ambiental que ha dejado perplejos a los espectadores profanos, que creían que aquella avalancha de amplificación era un ensayo. Pero no, era una fosa abisal, difícil, pero subyugante a la vez.

A la misma hora, aunque en universos y dimensión diferentes, el ex cuarteto y ahora trío bostoniano Throwing Muses, nos han hecho volver unos años atrás, gracias a temas como "Bright yellow gun" o "Hazing", salido de la garganta de Kristin Hersch.

De cara a la medianoche y la madrugada de hoy están programados algunos de los reclamos más llamativos de esta edición: el ex vocalista de los Pulp, Jarvis Cocker -que presentará su trabajo con Steve Albini, "Further complications"-, así como los también británicos Saint Etienne, el mascarón del pop electrónico elegante de pocas dobleces.

Este Primavera Sound de la crisis mundial cerrará mañana sus puertas con un concierto del veterano Neil Young, que lleva más de veinte años sin actuar en Barcelona, así como del iconoclasta compositor y pianista londinense Michael Nyman, cuya presencia dará una patina academicista a este festival, caracterizado siempre por mezclar grandes nombres con promesas.

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