Este artículo se publicó hace 15 años.
Un spray ‘prêt-á-porter’
Si Clark Kent hubiera conocido el Spray-on Fabric habría prescindido de la cabina para cambiarse. Aplicado directamente sobre el cuerpo, el spray se convierte en una segunda piel que se solidifica hasta convertirse en un tejido elástico.
El invento -patentado por Manel Torres a finales de los años noventa- nació en el ámbito de la moda, pero sus aplicaciones actuales se extienden a la industria farmaceútica, aeronáutica y biotecnológica. Todo comenzó con una idea sin grandes ambiciones: Torres cursaba un postgrado relacionado con el diseño textil en el Royal College of Art (Londres) cuando pensó en una película instantánea que brindara la posibilidad de retocar el vestuario.
Un vídeo en la web de su firma, Fabrican, muestra cómo el spray se adhiere a la piel, cubriéndola hasta formar un tejido flexible que se adapta a los movimientos del cuerpo.
Lo que parecía una buena idea se convirtió en un gran negocio. El éxito fue tal que el producto fue presentado hace dos años en la Cyborg Exhibition celebrada en Newcastle (Reino Unido), donde creó gran expectación. Y de ahí a ser aplicado a las ciencias y las tecnologías no ha habido ni un paso.
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