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Steinmeier desafía a Merkel y a los sondeos en pos de la Cancillería alemana

EFE

El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, se lanzó hoy a la carrera por la Cancillería como candidato del Partido Socialdemócrata (SPD), con un desafío a Angela Merkel y también a los sondeos, que pronostican la reelección de la actual jefa de Gobierno.

"Quiero ser canciller", proclamó Steinmeier al presentar ante miles de seguidores en Berlín el programa electoral aprobado ayer por la cúpula del SPD, y añadió: "quien tiene el mejor programa y quiere llevar adelante la mejor política debe gobernar. Eso quiero hacer".

La presentación del programa había sido diseñada como un acto desde el que lanzar un mensaje de confianza ante la sucesión de elecciones que abrirán las europeas en junio, a las que seguirán varias votaciones regionales para terminar con los comicios generales del 27 de septiembre.

Por contenido, estilo y hasta en la voz fiel seguidor de la línea del ex canciller Gerhard Schröder, de quien fue ministro de la Cancillería, Steinmeier compareció en el mitin preelectoral arropado por la plana mayor del partido, encabezada por su presidente, Franz Müntefering, y varios titulares del gobierno Merkel.

Algunos medios alemanes afirman que el acto, como el programa, llevaba el sello y la bendición de Schröder, a cuya fiesta de 65 cumpleaños, el sábado, asistieron tanto Steinmeier como Müntefering y el resto de leales a su línea, junto a otros 200 invitados.

Los militantes que llenaban el Tempodrom, pabellón en forma de carpa cercano a la Willy Brand Haus o sede del partido, estaban ahí para imprimir convicción ante el desafío aceptado por Steinmeier de mostrar espíritu de lucha contra los sondeos adversos.

Las encuestas apuntan a la reelección de Merkel, con un 35 por ciento para la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), frente al 24 por ciento que pronostican para el SPD.

No sólo ganará a decir de los sondeos, sino que además, tras cuatro años de gran coalición con el SPD, podrá volver a la constelación clásica de alianza con el Partido Liberal (FDP), su aliado natural, al que se vaticina un 16 por ciento de los votos.

Steinmeier, vicecanciller de Merkel, no sólo está en desventaja en las encuestas, sino que además rechaza la posibilidad de una alianza con la Izquierda, el partido que aglutina a los postcomunistas y la disidencia del SPD liderada por Oskar Lafontaine, enemigo declarado de todo cuanto lleve el sello de Schröder.

La Izquierda es fuerza pujante, con un 11 por ciento, mientras que a los Verdes, socios de Gobierno con Schröder, se les pronostica un 10 por ciento. Pero el SPD descarta toda colaboración a escala federal con esa formación al menos hasta 2013, según ratificó la cúpula socialdemócrata al aprobar su programa.

Steinmeier logró el sí unánime a ese programa, que se someterá a la ratificación de las bases en un congreso el 14 de junio, a pesar de no incluir la instauración del impuesto sobre el patrimonio, como exigía el ala izquierda.

Lo que Steinmeier defiende como "promesas responsables y realizables" de cara a una mayor justicia impositiva social incluye algunas primas a los bajos ingresos y a las familias, así como mayores cargas para los sueldos altos, el denominado "impuesto a los ricos" (ingresos anuales superiores a los 125.000 euros, en los solteros, y del doble, en los casados).

De ganar las elecciones, el SPD promete un descenso del tipo mínimo del IRPF del actual 14 al 10 por ciento y un incremento del máximo del 45 al 47 por ciento, además de un aumento de las exenciones por hijo a las familias.

Lo más innovador del programa sería la introducción de una prima de 300 euros -600 a los casados- para los contribuyentes no obligados a hacer la declaración de la renta (por su nivel de ingresos y no tener otros adicionales) que renuncien a presentarla.

En esos aspecto se centra el programa defendido por Steinmeier, que, pese a ser titular de Exteriores, apenas se refirió al ámbito internacional.

Agradeció a "nuestro querido Gerd" (Schröder) la cerrada oposición y visión política en sus tiempos de canciller ante el conflicto de Irak, lo que preservó a Alemania de participar "en una guerra ilegal".

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