Este artículo se publicó hace 14 años.
El supervisor urge a las cajas a ser bancos
El subgobernador del Banco de España pide que se haga sin dilación para que puedan captar capital
El Banco de España ya no quiere medias tintas. Nada de fusiones frías, ni bancos que gestionan sólo una parte del negocio de las cajas. El supervisor quiere vaciar totalmente de contenido a las cajas y dejarlas únicamente como fundaciones gestoras de la obra social, para que toda su actividad financiera esté concentrada en los bancos que han creado para hacer las integraciones (los Sistemas Institucionales de Protección, o SIP).
Es lo que el Banco de España ha trasladado en los últimos días a los directivos de las cajas y es lo que ayer dejó claro el subgobernador, Javier Aríztegui, en una jornada organizada por Caja Granada, ahora integrada en Mare Nostrum. Aseguró que los gestores de las cajas tienen que plantearse esta salida "sin dilación" porque tienen que convencer a los mercados de que les den financiación cuando se vuelvan a abrir a la vuelta de las navidades, y de que les den capital cuando intenten vender sus acciones a lo largo del próximo ejercicio.
Que las cajas estaban abocadas a convertirse en bancos algún día parecía inevitable, aunque se preveía para dentro de un par de años, como mínimo, una vez que se hubieran asentado las integraciones. El supervisor, sin embargo, ya se ha dado cuenta de que la situación de los mercados es tan complicada que no se les puede ofrecen figuras complicadas, como la de un SIP y, por eso quiere, cuanto antes, bancos comprensibles que tengan todos los activos de las cajas. Para acceder al mercado, dijo el subgobernador, será "imprescindible" un elevado nivel de certidumbre en los proyectos y en sus estructuras empresariales.
Dentro de las exigencias a los nuevos bancos, la entidad dirigida por Miguel Ángel Fernández Ordóñez ha exigido que los cargos de estos nuevos bancos sean incompatibles con los de las cajas, es decir, que todos los primeros mandos que se trasladen a los SIP (la mayoría instalados en Madrid) dejan de ser trabajadores de las cajas y han de tener nuevas condiciones laborales, generalmente mejores porque tienen más responsabilidades.
El Banco de España no sólo quiere ahora que se conviertan en fusiones puras y duras, algo que no estaba previsto, sino que también quiere que aceleren los calendarios que tenían diseñados para las integraciones, porque así lo demanda el mercado. "La ejecución debe adelantarse, haciendo todos los esfuerzos suplementarios y todos los sacrificios que sean necesarios", dijo, y pidió que hagan también una gran labor de información para convencer a los mercados porque "si no hay una comunicación fluida, habrá que afrontar un escenario complicado".
La decena de directivos de cajas y expertos que intervinieron coincidieron en señalar que el futuro de estas entidades pasa por emitir acciones (o, como mucho, participaciones preferentes convertibles en acciones) y no por colocar cuotas participativas. El socio responsable del sector financiero de KPMG, Francisco Uría, aseguró que "las acciones son la salida más realista".
El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, alertó de que antes de intentar vender acciones habrá que captar financiación y eso por ahora no es posible porque, además de que los mercados están cerrados, las cajas se ven desde fuera como unas "apestadas". En todo caso, se mostró convencido de que la liquidez volverá porque los primeros interesados son los bancos alemanes y Alemania tiene el poder de sacar al resto de la crisis.
Por su parte, Héctor Flórez, socio de Deloitte, auguró que no todas las cajas van a sobrevivir a los próximos dos años, pero las que lo hagan volverán a ser muy rentables.
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