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Suspenden la búsqueda de supervivientes en Chile

Reuters

Los equipos de rescate abandonaron el jueves la búsqueda de supervivientes en algunas zonas del centro y el sur de Chile devastadas por el seísmo y los tsunamis, mientras las olas comenzaban a devolver decenas de cadáveres tragados por el mar.

La cifra oficial de 802 muertos (entre ellos al menos un español) podría dispararse si se confirman los informes de cientos de desaparecidos en localidades costeras como la Isla Orrego, donde testigos dijeron a Reuters que sobrevivió sólo un puñado de los 200 campistas sorprendidos por los tsunamis.

"Se murieron todos allá. Había familias completas, de 10, 12 personas. Todos acampando. Yo perdí todo. Toda mi familia y mi casa", dijo Mario Leal, un pescador de 30 años que nadó hasta tierra firme en busca de ayuda que no pudo conseguir.

El terremoto de magnitud 8,8, uno de los más violentos de los que se tenga memoria, estremeció el centro y sur de Chile el sábado, demoliendo ciudades y generando varios tsunamis que barrieron pueblos casi por completo.

La presidenta Michelle Bachelet dijo que Chile, una de las economías más sólidas de Latinoamérica, podría necesitar ayuda financiera internacional para la reconstrucción. El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, visitirá el país el viernes para evaluar los daños.

Especialistas han calculado en unos 30.000 millones de dólares los daños, equivalente al 15 por ciento del PIB.

La reconstrucción del país podría demorar entre tres y cuatro años, dijo la presidenta, que termina su mandato la próxima semana.

Intentando no perder tiempo, el presidente electo Sebastián Piñera designó el jueves a ingenieros civiles como jefes de las regiones devastadas.

"Nuestro futuro Gobierno no va a ser el Gobierno del terremoto, va a ser el Gobierno de la reconstrucción", dijo Piñera.

IMPACTO ECONÓMICO

La estatal Codelco dijo el jueves que todas las minas de cobre, corazón de la economía chilena, retomaron su actividad.

Pero infraestructuras clave para el país como refinerías, plantas siderúrgicas y de celulosa, embotelladoras, fábricas de alimentos y caminos resultaron dañadas.

"Este es un terremoto devastador (...) creo que todavía no tenemos esa dimensión exacta del daño en algunas partes", admitió Bachelet.

También el mercado bursátil subía por primera vez desde que el lunes abrió con una fuerte baja.

Pese al terremoto, analistas mantienen sus pronósticos de un crecimiento del PIB de 4,5-5,5 por ciento este año, ya que la caída de la actividad en el corto plazo sería compensada por la inversión en reconstrucción en el segundo semestre.

No obstante, los especialistas ya anticipan una contracción de la actividad económica en marzo.

En una pequeña señal de normalidad, los vuelos comenzaron a despegar el jueves con mayor regularidad desde el aeropuerto de Santiago, donde fue improvisada una sala de embarque en tiendas de campaña por daños en la terminal.

Pero en las zonas de la costa del Pacífico devastadas por los tsunamis, miles de residentes continuaban acampando en los cerros por temor a que olas gigantes vuelvan a barrer lo poco que queda en pie en puertos y caletas.

DISMINUYE ESPERANZA SUPERVIVIENTES

En Constitución, una maltrecha zona industrial costera 360 kilómetros al sur de Santiago, rescatistas con perros llegados de todo Chile se concentraban en la búsqueda de cadáveres, que luego apilaban en una morgue improvisada en un gimnasio.

"Hoy ya se está sólo en las tareas de búsqueda de cadáveres. Es muy poco probable encontrar sobrevivientes", dijo a Reuters Humberto Silva, jefe de operaciones de bomberos de la norteña localidad de Coquimbo.

El jueves el mar comenzó a devolver cadáveres en las playas de arenas negras de la zona, dijo un testigo de Reuters.

La Armada despachó buzos tácticos para recogerlos.

La presidenta Bachelet aterrizó en la ciudad de Concepción, unos 500 kilómetros al sur de Santiago y a pocos kilómetros de epicentro del seísmo, para supervisar la distribución de ayuda a las víctimas.

Treinta y nueve hospitales de la zona resultaron dañados y 11 deberán ser reconstruidos totalmente.

En Concepción, policías y rescatistas continuaban buscando supervivientes en grandes edificios derrumbados.

Otros iban casa por casa con la esperanza que encontrar con vida a personas denunciadas como desaparecidas.

REPARTO DE AYUDA

Recién el miércoles comenzó el reparto de ayuda humanitaria en Concepción, luego de que volviera la calma tras dos días de saqueos a supermercados y robos que obligaron al Gobierno a declarar el toque de queda y militarizar la zona.

Dos supermercados ya abrieron en esta ciudad de 670.000 habitantes, que al mediodía salen de sus casas por seis horas para buscar alimentos y combustible bajo la mirada de militares en uniforme de combate.

Las filas para recibir ayuda son enormes. En Talcahuano, los residentes dijeron que deben esperar ocho horas por agua.

La situación es también dramática en pueblos de pescadores como Dichato, donde el insoportable olor a muerte obligaba a la gente a cubrirse la nariz con mascarillas y pañuelos.

Aunque Chile es considerado un país preparado para resistir frecuentes seísmos, su sistema de alarma temprana de tsunamis y las comunicaciones fallaron, aparentemente porque la Armada descartó en un principio ese riesgo debido a que ubicó erróneamente el epicentro del seísmo en tierra.

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