Este artículo se publicó hace 14 años.
Los talibanes rechazan de nuevo la mano tendida de Karzai
Los talibanes afganos rechazaron el domingo el último llamamiento del presidente Hamid Karzai para la paz, a pesar de la presión por la ofensiva de la OTAN y la captura de su número dos.
Karzai reiteró el sábado en el Parlamento su llamamiento para que los talibanes acepten la propuesta de paz.
En una conferencia sobre Afganistán celebrada en Londres en enero, los países donantes respaldaron sus planes para celebrar negociaciones de paz con los talibanes que renuncien a la violencia y comprometieron cientos de millones de dólares para convencer a los combatientes a que depongan sus armas.
Los talibanes han rechazado reiteradamente las propuestas de paz de Karzai, diciendo que las tropas extranjeras deben abandonar antes Afganistán, aunque se han desarrollado algunas tentativas "negociaciones sobre las negociaciones".
"Karzai es un títere, él no puede representar a un país o un Gobierno", dijo el portavoz talibán Qari Mohammad Yusuf, sobre el llamamiento de Karzai para trabajar por la paz y la reconstrucción con los talibanes.
"Está inmerso en la corrupción y está rodeado de caudillos que buscan hacerse ricos", agregó.
Los talibanes, que han recuperado poder poco a poco desde que fueron derrocados por una invasión liderada por Estados Unidos en 2001, están bajo presión.
PRESIÓN SOBRE LOS TALIBANES
Tres oficiales talibanes de alto rango han sido capturados en Pakistán este mes, entre ellos el segundo al mando del grupo y su principal comandante militar, el mulá Abdul Ghani Baradar, el líder talibán de mayor perfil que ha sido atrapado.
La OTAN sigue adelante con una de sus mayores ofensivas en Afganistán desde el comienzo de la guerra, con el objetivo de expulsar a los talibanes de su último gran bastión en la provincia más violenta del país para que las autoridades afganas asuman el control.
Los combatientes talibanes siguen desafiantes, preparándose para una lucha a muerte contra un asalto que pone a prueba la estrategia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de enviar 30.000 soldados más al país para tomar el control de las áreas dominadas por insurgentes antes del inicio de la retirada previsto para 2011.
La resistencia de los talibanes ha cuestionado el tiempo que pueden permitirse los países occidentales permanecer en Afganistán.
La coalición de Gobierno del primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, se disolvió el sábado cuando los dos mayores partidos políticos no lograron alcanzar un acuerdo sobre si retirar o no las tropas de Afganistán este año como estaba previsto.
La caída del Gobierno holandés, sólo dos días antes del tercer aniversario de la coalición, casi garantiza que los 2.000 soldados holandeses regresarán a casa este año.
Esa sería la primera grieta de importancia en la coalición de cerca de 40 países que lucha contra una insurgencia cada vez mayor de los talibanes en Afganistán.
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